• [ Reparación ] •

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Fue en algún momento de la tarde cuando los dos finalmente se levantaron de la cama. Dazai se había despertado antes que Chuuya, y estaba perfectamente bien acostado en el futón con el Chibi envuelto alrededor de él y estaba lo suficientemente cómodo para quedarse allí.

     Desafortunadamente para sus deseos, había una promesa que la pareja quería cumplir. Pero no se lo iba a poner fácil.

—¡Vamos, pulpo apestoso, tenemos cosas que hacer!

—Si huelo es porque Chibi no me limpió tan bien como pensaba. —dijo Dazai sin expresión. Actualmente estaba inclinado hacia atrás sobre el pelirrojo, quien luchaba por levantarlo físicamente debido al ángulo (el moreno había rodado encima de él tan pronto como mencionó levantarse).

—¡Es tu actitud de mierda lo que apesta! —Chuuya gruñó—. ¡Ahora deja de perder el tiempo, tenemos que averiguar qué vamos a hacer con la comida y ocuparnos del hecho de que no tienes guardarropa!

—No puedo moverme ni una pulgada, Chuuuuya, la fuerza de gravedad es mucho más fuerte hoy, finalmente has superado mi capacidad...

—Oi, ambos sabemos que no es eso, ¡ahora déjate de tonterías y...! —el pelirrojo gritó cuando su pie se resbaló por debajo de él, causando que el par cayera al suelo. 

     Dazai dejó escapar un zumbido bajo mientras giraba la cabeza para mirar a su... Bueno, suponía que ahora eran compañeros de casa si se quedaban aquí juntos en el futuro previsible.

—Me olvidé.

—No olvidaste una mierda. ¿Qué es? —Chuuya se quejó, apoyando la cabeza en su mano con un resoplido exasperado. 

     Dazai sonrió a los ojos azules que actualmente lo miraban, esperando que comenzara a explicar, eligiendo esperar hasta que el pelirrojo abrió la boca para comenzar a gritar y decir: 

—Tengo algunos fondos almacenados aquí que podemos usar. No estaba destinado a dos personas, pero debería ser suficiente para durar, hm... Dado que los servicios públicos y demás se pagan automáticamente a través de una cuenta de prepago, deberíamos estar bien durante unos años —le dio a su compañero de casa su sonrisa más traviesa y agregó—: Y como probablemente te mueres por saber, tenemos una lavadora y una secadora en el sótano.

     Chuuya apretó los puños, uno de sus ojos tembló. 

—¿Por qué esperaste a...?

—No preguntaste.

     La vista de su compañero golpeando su propia cara contra el suelo mientras se tragaba una gran cantidad de palabrotas hizo que una calidez burbujeara en el pecho del moreno. Nostalgia, tal vez. Le recordaba tiempos más simples. 

     Dejó que el pelirrojo saliera de debajo de él, saltando como una estrella sobre el futón mientras el otro se sentaba para mirarlo.

—Tienes suficiente tiempo para que tu ropa termine de secarse, pero después de eso…

—Bien, bien. Gracias por ser tan buena ama de casa~

     Ese comentario le valió una rápida patada en la espinilla (lo suficientemente ligera como para no doler) antes de que su compañero saliera de la habitación.

     Su intención original era acostarse en el suelo durante el tiempo que tardara en terminar de lavar la ropa, pero cuando escuchó a Chuuya subir los escalones del sótano, terminó despegándose del futón para unirse a él.

     Simplemente no quería que su Chibikkō se sintiera solo, eso es todo.

     Terminaron usando la siguiente hora para encargarse de una breve lista de cosas que se le ocurrieron a Chuuya. Dazai envolvió vendajes alrededor de las áreas habituales (no vio la sonrisa de su compañero de casa cuando finalmente decidió no volver a cubrirse el ojo), exploró la casa correctamente mientras limpiaban todas las superficies polvorientas, tomándose el tiempo para mostrarle a Chuuya que en el armario de escobas (la única puerta que no abrió anoche), había un panel discreto en la parte de atrás, guardando el alijo de sus fondos y una variedad de armas para escenarios "por si acaso"... 

INTERDEPENDIENTES. [ Soukoku • Bungo Stray Dogs. ] Where stories live. Discover now