Capítulo 52

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El día de la fiesta amaneció claro y apacible.  Durante toda la mañana los muchachos fueron subiendo tablones y caballetes por la pendiente hacia el prado de la iglesia.  Thompson y su hermano Oscar ayudaron a trasladar dos grandes toneles con bebida, desde la puerta del cementerio hasta la pendiente detrás de la iglesia.

Hacia las nueve de la mañana una continua procesión de Omegas, avanzó hacia la iglesia,  todas ellas ataviadas con vestidos de vistosos colores.  Transportaban cestos con toda clase de alimentos.

Alrededor de las once, los ocupantes de la mansión de Villa Jung subieron por el prado. Un calor bochornoso  hacía que la ropa se pegara la piel.  Deteniéndose junto a la iglesia, en el punto más elevado de la loma, Jimin contempló el horizonte.

- Tendremos tormenta esta noche- le comunicó a Jungkook.

Jungkook siguió el curso de la mirada de Jimin.

- Y parece que va a ser fuerte- observó Jungkook.

- Sí- confirmó Jonás-  aquí las tormentas son dignas de ver.

En la hondonada detrás de la iglesia se estaba concentrando la gente del pueblo y sus familiares de los alrededores. Los habitantes de la mansión bajaron saludando y presentando a Demonio y a Felicia,  luego se mezclaron con el gentío,  y de forma natural se dispersaron.  Cada uno tenía un papel que desempeñar. Sólo los implicados estaban al corriente de los planes.  Mientras menos gente lo supiera más posibilidades tenían de pasar inadvertidos mientras vigilaban.  Todos habían llegado a la conclusión de que no había que dar por seguro que Lucas era el asesino,  cubrirían todas las posibilidades.

Habían ideado una estrategia sencilla.  Jimin y Felicia se mantendrían a resguardo  rodeándose de la gente del pueblo. Jungkook y Demonio habían establecido que Jimin y Felicia debían permanecer juntas en todo momento y que ambos Omegas deberían llevar puesto sus sombreros de paja de ala ancha,  uno atado con un pañuelo de color lavanda y el otro de color azul,  para poder identificarlos fácilmente entre la multitud.

Jungkook y Demonio compartían la vigilancia de sus Omegas y de Lucas,  de forma disimulada. Jungkook circulaba entre la gente presentando a demonio y lo dejaba charlando.  Aunque se cruzaron varias veces con Lucas y hablaron un poco con él se guardaron bien de dar el menor indicio de que estaba siendo sometido a observación.

Jonás fue asignado a merodear sin objetivo fijo,  sólo debía estar atento a cualquier comportamiento inusual en algún invitado.

Los demás se ocupaban de la tarea más ardua. El criado que venía con Demonio, Min-ho,  el mayordomo, y el caballerizo de Jungkook, se turnaban en la guardia de la casa, que vigilaban por parejas en todo momento.  Unos en la parte de atrás y otros en la parte del frente.Permanecían ocultos en el bosquecillo y el bosque. Pero tenían que relevarse con frecuencia para que todos pudieran verlos a menudo entre los asistentes a la fiesta.

A medida que avanzaba el día el calor se hacía opresivo. Jimin presentó a Felicia a las Omegas del pueblo y se desplazó con ella por el prado, charlando animadamente con toda la gente. En múltiples ocasiones Jimin notó veladas miradas hacia su persona que lo hicieron tomar conciencia del profundo cambio que había sufrido su vida.

Pese a que no le había dado una respuesta a Jungkook y que tampoco le había hecho ninguna promesa, Jimin sabía en su interior,  su lobo lo sabía,  que ya era su esposo, que Jungkook era su Alfa.

Los pequeños detalles de cómo la gente del pueblo,  principalmente las Omegas lo trataban, la manera como se relacionaban con él,  se lo mostraba.  Parecía de consenso general que el reciente atentado contra su vida combinado con la presencia entre ellos de su agresor,  justificaba con creces su presencia juntos y Jimin supo sin que nadie lo dijera que esperaban que terminara casándose con su salvador. 

 Educando un Omega Where stories live. Discover now