Capítulo 17

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Christian.

Me derrumbo sobre Anastasia, colocando mi cabeza en el espacio de sus preciosos pechos. Joder! Que es el mejor sexo que he tenido en mi vida y le he quitado la virginidad a esta pequeña mujer que sigue jadeante debajo de mi. Yo, sólo yo he estado dentro de ella y seré el único.

Salgo de ella y se queja en voz baja.

Beso ese espacio entre sus pechos, subo mis labios a su cuello hasta llegar a esos labios rojos e hinchados que están ligeramente abiertos.

—¿Estás bien?— Tiene los ojos cerrados, su rostro está ruborizado y tiene un escaso fulgor de sudor.

Abre esos hermosos ojos azules que brillan de deseo y sonríe de forma tímida.

—Me duele un poco—Muerde su labio y es como una insinuación que va directo a mi libido -desnuda en mi cama con esos labios regordetes- Deseo tanto follar su boca.

—No hagas eso— Frunce el ceño.

—¿Hacer qué?

—Morderte el labio, me dan ganas de hundirme en ti y estás dolorida— Suelta una risita y se ruboriza.

—Oh, estoy segura que mi dolor no sería un problema.

¿Qué?

—Señorita Steele, que descarada es usted.

—No más que usted señor Grey— Besa la comisura de mi boca y sonríe. —Fue increíble.

Su declaración me deja atónito. Sólo es sexo, Grey. No hagas conclusiones equivocadas.

—Lo fue, ahora descansa.

Hace un puchero y muerde su labio de forma provocativa. ¡Vaya! A alguien le ha gustado el sexo y es bien correspondida.

—Como usted mande, señor Grey— Me da un casto beso y se da la vuelta, de manera que estamos haciendo la cucharita.

Inhalo el dulce aroma de su cabello y suelta un suspiro, moviendo su trasero tentadoramente contra mi.

______

Despierto de golpe a las once de la noche, ¡Mierda! he dormido más de ocho horas. Me vuelvo y encuentro a Anastasia profundamente dormida, la sabana apenas cubriendo su delicada cuerpo; Me dedico a estudiarla por un momento, es la mujer más hermosa que he visto. Tiene ese rostro angelical que podría hacer que cualquier hombre cayera rendido a sus pies -Como yo he caído- Sus turgentes pechos, que suben y baja de manera suave -Con ese encantador color rosa que se expande por sus pezones, ¡Oh! Sus pezones son una delicia- Su piel blanca y sedosa que con el mínimo esfuerzo se torna rosa -En un par de días me ha llegado a encantar el color rosa-. Quito la sabana que cubre su sexo y me pierdo ¡Diablos! No tiene comparación. Sus largas piernas -Las imagino rodeando mis caderas, revestidas con finas medias de encaje. Debería comprarle ropa- la contemplo totalmente desnuda y la única palabra que resuena en mi mente para describirla es la perfección.

Tengo la necesidad de tomarla nuevamente, pero abstengo el deseo y me decido por despertarla. Nos hemos perdido la cena, y por lo que tengo en mente hacerle necesitamos alimentarnos.

Comienzo a besar sus caderas, intercalando besos en ambas; Llego a sus pechos, y coloco pequeños besos alrededor. Ana suspira y se mueve un poco, pero sigue durmiendo, chupo uno de sus pezones y este me responde endureciéndose en mi boca, mientras jugueteo con el otro con mi mano.

Las manos de Ana toman mi cabeza, y sus dedos se enredan con mi cabello, elevando mi rostro al suyo.

—Hola— Le digo en tono juguetón.

—Creo que te alegras de verme— Responde en el mismo tono al sentir mi erección.

Tomo su boca y profundiza el beso, con una de sus manos se mueve por mis costados con dirección a mis nalgas. ¡Vaya, vaya! Intenta tomar mi erección en su mano, adelantándome a su ataque cambio de posición.

Anastasia esta a horcajadas sobre mi.

Chilla por el cambio repentino dándome una mira de disgusto.

—Iba a tocarte— Se cruza de brazos.

—Oh, ¿en serio? No me dí cuenta— Sonríe. —Si te portas bien, dejaré que lo hagas. Pero antes, tendré que enseñarte como me gusta— Se ruboriza y asiente con la cabeza. —Ahora quiero que me montes.

Se levanta sutilmente para permitir que mi erección entre en ella.

Cuando baja, gime y cierra los ojos, saboreando nuestra unión. Su entusiasmo es evidente porque empieza a moverse rápido.

—Tranquila Ana, de esta forma es más profundo podrías lastimarte— La tomo de las nalgas marcando mi propio ritmo y arquea su espalda enviando sus pechos a los míos rozándose con cada movimiento. Mierda, que es placentero.

Busca mis labios e introduce su lengua; suelto sus nalgas y poso mis manos en su diminuta cintura.

—Montame Anastasia, déjate llevar— Susurro en su boca y empieza a moverse de forma rápida, girando sus caderas una y otra vez; consiguiendo dar en el punto exacto acercando mi clímax sin romper nuestro beso.

Con un último moviendo se deja caer sobre mi; la sostengo mientras los espasmos de su vagina estrecha consiguen mi propia liberación.

—Christian— Dice con un hilo de voz.

—Ven, vamos a comer algo y luego tengo que asearte. Aún no he terminado contigo.

____

—¿Que quieres comer?—Ana pregunta con un sexy rubor que corre por sus mejillas.

Está envuelta en una de mis camisas, que deja ver sus increíbles piernas.

—Sorprendeme— Le doy un casto beso en la mejilla. —Iré al estudio, tengo que revisar mi correo.

—Yo te aviso cuando este listo.

El correo solo tiene un par de mensajes importantes, que me he perdido por estar durmiendo plácidamente después de un sexo asombroso.

Al final destaca un e-mail con remitente desconocido.

De: Desconocido
Fecha: 04 de agosto de 2014 17:34
Para: Christian Grey
Asunto: Cuídate

Me has quitado algo y haré lo que sea por tenerlo de vuelta.

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Lo siento mucho, la escuela me absorbe completamente. :(

Yo te amaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora