El beso

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Katia

He conocido a Oliver prácticamente desde que nací. Siempre fuimos mejores amigos. Es la típica historia de dos chicas que son mejores amigas desde la secundaria y planean toda su vida juntas. Viajes familiares juntas, los esposos cocinando en la parrilla mientras los niños juegan y ellas charlan y toman una copa de vino, y sus hijos están destinados a ser mejores amigos. Solo que en esta historia eso si se cumplió, cambiando el hecho de que mi padre nos abandonó cuando yo tenía 7 años por irse con su otra familia, nada que no haya ocurrido antes. Mi madre amaba a su mejor amiga, pero a veces envidiaba que su historia hubiera ocurrido tal y como la planeó. Oliver tenía la familia perfecta. No de esas que aparentaban y no lo eran, de verdad, tenía la familia perfecta. Claro, tenía problemas, como todos, pero en general tenía una vida muy buena, yo lo sabía, estábamos juntos casi todo el tiempo. Desde hace unos años empecé a enamorarme de él. Y me odiaba por eso. En qué clase de mente cabía que una chica se enamorara de su mejor amigo de toda la vida. No podría decir que era obvio que el no sentía nada por mí, porque nunca me había dicho que le gustara alguna otra chica, o al menos no hablábamos de eso. En el fondo de mi corazón tenía la esperanza de que le gustara. Yo estaba perdidamente enamorada de cada detalle de él. De cuando hablaba con tanta pasión de sus libros de filosofía que yo no entendía, de cómo se reía, de su cara cuando comía pasas (las odiaba) y de como decía mi nombre. Podría seguir enlistando cosas, pero me llevaría toda la tarde. Y no podía darme el lujo de estar toda la tarde pensando en mi habitación, hoy tengo una fiesta y tengo que arreglarme. Era la fiesta post-prom. Sí, acababa de graduarme de la preparatoria.

Realmente no estaba muy segura de qué quería hacer con mi vida, pero ese es tema para otro día. Oliver pasaría a las 8 por mí, y había elegido el mejor atuendo para la ocasión. Era un poco formal, aunque todos íbamos a emborracharnos, tenía que verme bien. Había comprado un vestido verde esmeralda de seda que tenía corsé en la parte de arriba y unos tacones negros de plataforma. Ahora solo tenía que ponerme todo y estaría lista. 

Oliver: 

6:46. Tenía que ponerme el traje ya. Pronto tendría que ir a buscar a Katia. Me puse todo en unos 10 minutos y me subí al coche. Llegaría un poco antes, pero con ella el tiempo se iba rápido. Siempre encontrábamos algo de que hablar, por eso me gustaba estar con ella. Estaba a 5 minutos de su casa, así que le mandé un texto.

Katia<;3

Tú: voy llegando

Katia<3: ¡¿TAN PRONTO?! AÚN NO ESTOY LISTA

Tú: tranquila, tárdate lo que quieras, entraré a saludar a tu madre

Katia<3: Oki

Al llegar toqué la puerta y salió Anna a recibirme. Solía decirle Sra. O'Higgins pero me dijo que la hacía sentir vieja, entonces ahora le decía Anna a la madre de Katia. Me recibió con un chongo, una bata de dormir y un cigarrillo en la mano.

— Oli, que gusto verte, pasa, ¿quieres uno? — dijo moviendo su cigarro

— Hola Anna, no gracias, estoy entrenando, ¿recuerdas?

— Cierto, perdón querido, mi mente se va a veces

— Está bien. ¿No sabes cuánto se tardará Katia?

— Espera un segundo. KATIAAAAA

Katia no respondió, pero unos segundos después se oyó su puerta abrirse y unos segundos después se asomó por las escaleras. Wow

— Wow... te ves... horrible

— JAJAJAJA, cállate, Oliver

— Es broma, te ves preciosa Kat — dije abrazándola

— ¿Nos vamos?

— Vámonos

Salimos de la casa despidiendo a la madre de Kat y nos fuimos a la fiesta. Al llegar a la casa del organizador de la fiesta vimos que el lugar estaba casi lleno. Salimos del auto y entramos a la fiesta y de inmediato nos separamos. Kat fue con sus amigas a la barra y yo fui con los míos a la pista de baile. De inmediato me dieron un trago y empezamos a bailar. 


Katia

Estuve tomando y bailando un par de horas y se podría decir que estaba muy borracha. Todo estaba bien hasta que a las 11 pusieron una canción lenta. Yo me acerqué a la pista de baile y de la nada mis ojos no pudieron evitar llenarse de lágrimas al presenciar la escena que estaba viendo. Oliver estaba bailando pegado con Bella, una chica que ha estado enamorada de él toda la vida. Y en ese momento, el alcohol y la envidia tomaron control de mi cuerpo, caminé hacia ellos, aparté a la chica y sin saber lo que hacía, lo besé. En el exacto segundo en el que me di cuenta de lo que había hecho, me arrepentí y me aparté, pero para mi sorpresa, Oliver tomo mi cara entre sus manos y me besó. Creo que ese fue el mejor día de mi vida. Saber que mi mejor amigo me correspondía envió una chispa por todo mi cuerpo, y no nos despegamos por el resto de la noche. 


Esta historia no nos perteneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora