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Tocó la puerta de su habitación después de suspirar, la misma fue abierta casi de inmediato. Dark Pit se dejó ver, se notaba desde kilómetros de distancia lo nervioso que estaba.

—Hola, pasa. — entró casi de inmediato, sentándose en su cama bien ordenada.

—Así que... ¿es en serio?

—Claro que sí, ¿por qué no me crees?

Desvió la mirada.

—No lo sé, siempre pensé que me detestabas, y... al tiempo me hice a la idea.

—Sí, en parte fue mi culpa. — se sentó a su lado, tomando sus manos. — Pero es verdad, me gustas.

Tragó saliva antes de responder, tímida ante el tacto. — Es muy pronto, y...

—No hay problema, tómate el tiempo que necesites. — ella asintió. — Pero antes... ¿me dejarías besarte? — los ojos de la ángel se agrandaron un poco debido a la sorpresa. — Por si al final no... ya sabes.

—Está bien.

Aceptó, haciendo una mueca de incomodidad. Dark Pit empezó a acercar su rostro, y después de una serie de pensamientos extraños productos del pánico, sus labios chocaron.

Cerraron los ojos por puro instinto. Dark Pit era el que mantenía el beso, mientras que la contraria simplemente se quedaba quieta cuál estatua.

Al separarse unos centímetros de sus labios, Dark Pit volvió a hablar.

—En serio, me gustas tanto.

Nunca creyó que saldrían esas palabras de su boca, y lo mismo con ____.

Sintió algo en su pecho, como... si su corazón se hubiese acelerado. Probablemente era por el hecho de que acababa de dar su primer beso.

—Probablemente tú a mí también.

✓ ICARUSGRAM, dark pit.Where stories live. Discover now