Pérdida 9

407 61 15
                                    

Algo no le cuadra de tanta amabilidad de los dos ancianos, hasta tal punto que le hace sentirse mal conforme pasan los dias, nota que hablan, intercambian pláticas que parecen amenas, sin embargo no preguntan, no se esfuerzan por que exprese algo.

La comida es normal, la ropa es proveeida junto con todas las comodidades que un buen anfitrión pueda dar.

Karen no se siente agusto, así que intenta ayudar en lo que puede ... se quema, no lava bien y ha descubierto que estuvo tan acostumbrada a electrodomésticos que hay cosas que le es difícil adaptarse.

Sus manos muestran lo rojizo de intentar encender la leña, el olor es penetrante por tanto intento a tal punto de alzarse un humo negro en ese espacio dedicado a la cocina.

La anciana simplemente rie tomándola de la mano por segunda vez en esos dias, sentandola con ligereza en el punto donde está la mesa, parpadea ... -.... - dice la amable mujer con cautela.

-.......-su marido complementa algo al llegar con un par de conejos, aprieta los labios finge que esta tan acostumbrada a ver como despellejan y limpian al pobre animal.

Oh, extraña lo supermercados ...y aunque lo niega, también esa casa.

Se quiere mover para ayudar, cortar aunque sea la carne con ese filoso cuchillo que ve a la mano, es necia en negar que es una carga, que la vida cómoda de antes la ha estropeado a tal punto que no pueda hacer esto.

Debe ser agradecida, una voz parecida a la de su madre le susurra en el oido.

-.......-La señora insiste, le hace soltar dicho utensilio con un aire ligero, lo que le hace fruncir el ceño volviéndose a sentar.

Suspira resignada a ver la dinamica, estos días son raros ... algo le dice en su espalda que debería salir corriendo que tanta amabilidad sin nada a cambio es tonto de esperar, suspira ...confia en los dulces ancianitos solo porque le recuerdan a sus abuelos.

Sonrie, acepta de buena gana la ligera cena a base de arroz y carne de conejo, se adapta....sigue el rumbo con nada de planes hasta ahora, claro buscará la manera de irse pero se siente mal por estas personas que se ven tan solas.

¿No tendrán a nadie más?

XXXXXXXX

Una noche se levanta con la ansiedad de las miradas de sus secuestradores, bufa porque es raro que los sueñe cuando se supone la privaron de su libertad, se acurruca en el suelo tendido de ese humilde cuarto mirando las cuatro paredes que le han dado cobijo.

No evita pensar Karen sobre qué habrá pasado en realidad, como salió del punto y si estarán bien.

-Maldita sea ....no piense demasiado - se queja porque en realidad se siente rara en esta situación, se recarga en sus rodilla cuando escucha alguien afuera, lo que le hace levantarse porque no es la voz de alguien que recuerde.

Son los señores y alguien mas.

Lo que le hace detenerse en seco cuando se agacha justo en la salida de ese pasillo que da a la cocina, hay una discusión si bien distingue el tono, ambos dicen cosas que no comprende ... alejan, alzan la voz, continúan así por un rato cuando el asotar de la puerta es firme.

Los dos ancianos se quedan hablando ...lo que le causa duda porque está segura no hay visitas regulares, son ancianos recluidos a su pequeña granja ¿no?

Escucha los pequeños pies lentamente dirigirse a su punto, como puede sigue el camino para luego hacerse pasar como alguien adormilado a medio pasillo, parpadea inocente mirando a los dos ancianos cuyas sombras los hace ver sospechosos.

No dice nada, da un bostezo rascándose la cabeza ...hace la seña de agua.

-XXXX-la anciana se rie dándole el paso mientras su marido le da una mirada significativa, los nota ....sin embargo, no dice nada para seguir con su papel ligero.

Pérdida en el bosqueWhere stories live. Discover now