Capítulo 2

850K 32.8K 10.5K
                                    

NICK

¡Joder, cómo la había echado de menos...! Los días se me habían hecho in- terminables y ni que decir tiene las semanas. Había tenido que trabajar el doble de horas para que me dejasen regresar antes, pero había merecido la pena solo por eso.

—¿Estás bien? —pregunté con la respiración acelerada. Nunca lo habíamos hecho así, nunca. Con Noah me controlaba, la trataba como se merecía, pero esta vez no había podido esperar. En cuanto la vi había querido estar así con ella.

Nuestros ojos se encontraron y una sonrisa increíble apareció en su boca.

—Ha sido... —dijo, pero la callé con un beso. Temía lo que pudiese decir, me había perdido en el deseo del momento. Aquella noche estaba espectacular, más que nunca, ese vestido virginal que se había puesto me enloquecería.

—Te quiero con locura, lo sabes ¿verdad? —afirmé apartándome de ella.

—Yo te quiero más —contestó, y cuando lo hizo me fijé en que tenía un poco de sangre en el labio.

—Te he hecho daño —observé acariciándole el labio inferior con mi dedo y limpiando la pequeña gota de sangre que había salido. Mierda, era un bruto gilipollas—. Lo siento, pecas.

Ella se chupó el labio distraída... mirándome.

—Esto ha sido diferente —soltó un segundo después. Y tanto que lo había sido.

Me aparté de ella y me abroché los pantalones. Me sentía culpable: Noah se merecía hacerlo en una cama y no contra una pared, al estilo de aquí te pillo aquí te mato.

—¿Qué te pasa? —preguntó ella mirándome preocupada.

—Nada, perdona —contesté besándola otra vez. Le bajé el vestido por las caderas conteniendo las ganas de empezar donde lo habíamos dejado—. Feliz cumpleaños —le deseé sonriendo y sacando una cajita blanca de mi bolsillo.

—¿Me has traído un regalo? —dijo emocionada. Era tan dulce y tan perfecta... Solo con verla me ponía de buen humor, solo con tocarla me ponía como una moto.

—No sé si te gustará... —comenté poniéndome nervioso de repente. Sus ojos se abrieron al mirar la caja.

—¿Cartier? —Me miró sorprendida—. ¿Te has vuelto loco?

Negué con el ceño fruncido esperando a que lo abriera. Cuando lo hizo, el pequeño corazón de plata refulgió en la oscuridad. Una sonrisa apareció en su rostro y suspiré aliviado.

—¡Es precioso! —exclamó tocándolo con los dedos.

—Así llevarás mi corazón a donde quiera que vayas —declaré besándole en la mejilla. Esto era lo más cursi que había dicho en mi vida pero ella conseguía eso de mí, me convertía en un completo idiota enamorado.

Sus ojos me miraron y vi que se humedecían.

—¡Te quiero, me encanta! —clamó y a continuación me dio un beso en los labios.

Sonreí y le pedí que se girara para poder colocarle el colgante. El cuello le quedaba al descubierto con ese vestido y tuve que besarla en la nuca. Se estremeció y hube de respirar hondo para no obligarla a venirse conmigo de inmediato y en ese instante. Le puse el colgante y la observé cuando se dio la vuelta sonriente.

—¿Cómo me queda? —preguntó mirando hacia bajo.

—Estas perfecta, como siempre —contesté.

Sabía que teníamos que regresar y era lo último que me apetecía hacer en aquel instante. Quería estar con ella a solas, bueno, la verdad es que siempre quería estar con ella a solas, pero sobre todo en ese momento, cuando llevábamos tanto tiempo sin vernos.

Culpa tuya © (2)Where stories live. Discover now