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*Sonidos de electrocardiogramas*

Mis ojos se abrieron con pesadez.

Por décima vez, no sabía donde estaba, pero el techo blanco lo delataba.

Estaba en el hospital.

Y tenía una mascarilla puesta.

¿No podía respirar por mí misma?

¿Acaso morí un instante?

No estaba segura, tal vez sí. Oh no.

—¿Noah? —Lo llamé.

Pero no respondió él.

—Konan. —Monthy, apareció con cara de felicidad al lado mío.

—Hola... —Saludé —. ¿Y Noah?

—¿Cómo te encuentras? —Esquivó mi pregunta.

—Bien, supongo... ¿me dirás cómo está Noah?

—Tengo que llamar a los doctores para que vengan a revisarte. Has estado dormida todos estos cinco días, tienen que revisarte.

—¿Y después me dirás de Noah? ¿Puedo verlo, al menos?

—Pronto, mi niña, pronto.

Y se fue.

Salió y después entraron unos doctores. Monthy se quedó en el marco de la puerta, escuchando.

—Konan Foley —me saludó otro doctor, no el papá de Noah.

—¿Y el señor papá de Noah? —Pregunté, confundida.

—He... —El doctor de nombre no conocido volteó a ver a Monthy y él forzó la mirada.

—¿Qué pasa, Monthy? —Pregunté. No puede mentirme de sus gestos.

—Nada, señorita. Por el momento el señor Donth no está disponible. Te estaré atendiendo yo. —Sonrió, dándome ánimos.

Algo pasaba, y no quería decirme.

El doctor empezó a checarme el pulso. Me pidió que respirara y luego soltara.

—Todo está bien. —Dijo el doctor.

—¿Entonces puedo ver a Noah? —Pregunté.

Sin embargo, el doctor bajó su mirada y volteó a ver a Monthy, quien asintió con la cabeza, se dio la vuelta y se fue.

—¿Doctor? ¿Qué pasa?

—Konan...

Me le quedé mirando, sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas.

—No es cierto —dije—. No es cierto...

Me levanté, quitándome el suero de vena que tenía puesto y me apreté para no dejar salir sangre y corrí, siguiendo a Monthy.

—¡ESO NO ES CIERTO! —Grité con fuerzas cuando llegué con Monthy.

Él me abrazó y me apretó hacia él.

No podía estar pasando.

Grité lo más que pude.

Monthy lloró conmigo.

Y cuando pude despegar mi cara de él, vi a Med.

Estaba devastada.

Me despegué de Monthy y corrí hacia ella.

—¿Qué pasó? —Pregunté, gimoteando.

Ella no dijo nada, me abrazó y soltó en llanto.

—Entró en coma... —Dijo, llorando—. No sobrevivió.

Konan y Noah [COMPLETA]Where stories live. Discover now