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  Jimin jamás se había sentido tan bien con personas que no eran amigos o familia, pero la gente de la marcha lo hacía sentir como en casa, y eso le fascinó.

  Ninguna persona le miraba con asco, no lo criticaban por su forma de vestir, sólo saltaban, gritaban y reían.

  Todos estaban... felices.

— ¡Jimin mira! ¡Consegui una bandera! —Taehyung apareció a su lado con su sonrisa peculiar de siempre. Siempre había pensado que tenía una linda sonrisa.

— ¿La llevamos juntos? —sugirió.

— Claro. —alzó la bandera en broma.

— Deja de burlarte de mi estatura, eres un bruto. —fingió molestia pero su sonrisa lo delataba— Ya, bajala un chiquito.

  Sostuvieron la bandera juntos por unas dos cuadras más pero luego se cansaron y la bajaron.

— Dioses, necesito hacer más pesas en el gimnasio, ya se me acalambraron los brazos.

  Ambos rieron y siguieron caminando y cantando con el resto del grupo, hasta que llegaron al final de la parade y el show comenzó. Todos pararon de hacer lo suyo y prestaron atención al escenario, dónde Jungkook subía con todo su equipo.

— Bienvenidos, bienvenidas y bienvenides a la Pride Parade, realmente espero que lo estén pasando bien. Les tenemos muchas cosas preparadas, pero primero vamos a escuchar las palabras de algunas personas que se ofrecieron a dar a conocer sus historias.

  El público aplaudía y vitoreaba, alentando a aquellos que iban a hablar.

— Este año por fin me animo a mi mismo a contar mi historia, me han conocido por muchos años aquí, pero nunca di a conocer mi pasado —continuó Jungkook—, la verdad es que fue muy difícil para mí, es un recuerdo que me gustaría eliminar de mi mente, pero he aprendido que gracias a eso pude hacer muchas cosas y he podido ayudar a muchos.

  Un silencio anticipatorio se hizo presente, miré a mi alrededor y noté como muchas personas estaban incluso preocupadas por el pelinegro.

— Fue hace muchos años, cuando decidi salir del closet aún con 17 años... capaz fue un error de mi parte al no sacar el tema de la homosexualidad antes para saber que pensaban al respecto, pero realmente en ese tiempo no fui precavido y sólo lo hice, sin pensar que mis propios padres me podrían odiar —hizo una pausa para inhalar profundo—. Me echaron de la casa, sin dejarme dinero, ropa, comida... sin nada... —sus manos se apretaron—. En ese momento no tuve a dónde ir, no había una organización como hoy en día y no tenía amigos, así que tuve que sobrevivir sin nada por medio de cosas que no quiero ni recordar.

  La gente en verdad estaba sorprendida, incluso yo lo estaba, no esperaba que una persona tan sonriente y fuerte como lo era Jungkook pasó por eso, lo que me imaginaba era que tenía padres amorosos y muchos amigos, pero no era así.

  Incluso detrás de la más brillante sonrisa, se puede esconder una persona triste y frágil.

Por eso decidi fundar la organización, dónde personas cómo yo, que fueron rechazadas por amigos o familia, puedan ser bienvenidas sin ningún tipo de problema o prejuicio. Para que tengan la vida que se merecen, llena de cariño y aceptación. —suspiró—. Nunca dejen de ser ustedes mismos, nunca dejen de soñar en grande y siempre pongan su felicidad como prioridad, no se dejen guiar por la sociedad de mierda que tenemos. No crean que están equivocados y no se dejen pisotear. Recuerden: la heterosexualidad no es "normal" sólo es común, y que ustedes pueden ser quienes quieran ser. ¿Quieren ser hombres? Sean hombres ¿Quieren ser mujeres? Sean mujeres ¿No se sienten identificades? Eso esta perfecto ¿Quieren ser Drags? Seanlo. Que no les importe nada ni nadie, solo ustedes mismos.

  Los aplausos no se hicieron esperar, había gente llorando, otras sonriendo, otras gritando y vitoreando, había de todo.

  Más gente pasó al escenario a contar su historia, unas eran desgarradoras y a la vez inspiradoras, y otras eran alegres. Había mucha gente con historias diferentes, de razas, religiones, sexualidades diferentes, etc, pero al final del día, todos éramos iguales. Todos eramos humanos y válidos. Todos merecíamos amor.

  Y era hermoso.

  Luces de todos los colores del arcoíris alumbraron todo el lugar y la música empezó a sonar cuando todo acabó. La hora de bailar y celebrar habia llegado.

  Busque a Jungkook con la mirada y lo encontré pintando caritas y banderitas en las personas, así que me acerqué. Cuando alzó la mirada y la conectó con la mía, ambos nos sonreímos. Me hizo un gesto para que me acercaray eso hice.

— ¿Quieres pintarte la mejilla? —me dijo alzando una ceja.

— Solo si la pintas tú.

  Me guiño un ojo y me atrajo cerca suyo, tomándome la mano.

— ¿Que quieres pintar? —pregunté.

— Mhm, creo que en ese bonito cuello blanco iría bien un chupon —dijo como si nada—, pero ahora me conformo con una carita feriz y una bandera LGBTQ+ en tu mejilla.

  Literalmente toda mi cara y orejas se tornaron rojas.

— Eres un... un descarado. —se rió divertido y empezó a pintarme la mejilla mientras yo seguía murmurándole maldiciones.

— ¿Quieres bailar? —preguntó después de terminar. Parpadeé perplejo.

— ¿N-no tienes trabajo que hacer? —se encogió de hombros.

— Puedo tomarme un descanso por primera vez. —ofreció su mano y con duda la tomé.

  Me llevó dónde estaban las personas bailando y empezamos a bailar y a saltar entre todos juntos, una música tras otra.

  Bailamos juntos muchas canciones y Taehyung se nos unió junto a otro chico al rato, ya le haría mi interrogación en algún momento. Al pasar la noche, la fiesta terminó y fuegos artificiales iluminaron la noche.

  Nunca espere que el mejor día de mi vida fuese aquí y ahora, no me arrepiento de haberme animado y haber venido y no lo haría nunca. Senti la mano de Jungkook tomar la suya, así que entrelacé nuestros dedos mientras admiraba aunlos fuegos artificiales.

Giré mi rostro para mirarlo y la simple imagen de sus ojitos de bambi brillando mientras miraba todo me derritió el corazón. La inocencia y juventud perdida brillaban en su mirada. Me miró con los ojos llenos de lágrimas.

— Por primera vez en años me siento realizado y feliz. —le acaricié la mejilla.

— Gracias por mantenerte fuerte y luchar por ti y los demás.

Continuamos viendo todo hasta que la Parade finalizó y la gente se empezó a retirar.

— ¿Quieres... ir a una cita?

— ¿A esta hora? —lo mire con incredulidad y también diversión.

Se encogió de hombros.

— ¿Por qué no?

Y así fue cómo ambos terminamos besándonos luego de una cita improvisada afuera de una tienda de conveniencia porque no habia nada abierto a esas horas.

Así conoci al amor de mi vida en una Pride Parade.

Be Proud ©Kookmin auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora