VI

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-¿Entonces dónde dices que has encontrado a esos chicos?-sabía que mi hermana Hazel intentaba no juzgarme ni nada por el estilo, aunque interiormente me daba la sensación de que la pobrecita empezaba a creerse los chistes de Nate sobre que me gust...

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-¿Entonces dónde dices que has encontrado a esos chicos?-sabía que mi hermana Hazel intentaba no juzgarme ni nada por el estilo, aunque interiormente me daba la sensación de que la pobrecita empezaba a creerse los chistes de Nate sobre que me gustaban los delincuentes. Culpa mía, lo admito, tener que ir a buscar a tus supuestos "nuevos amigos" a la comisaría no dejaba las cosas fáciles por mi parte.

-Eran unos amigos de otro instituto, los conocí en un partido, están en el equipo de fútbol del North West- mentí como si los hubiera conocido de toda la vida porque si encima reconocía que los había visto por "primera" vez ayer, mi hermana igual me mataría. Ya había insistido en acompañarme con toda su inocencia, pero no quería que se preocupara de más. Tampoco quería meterla en todo ese embrollo, Hazel era demasiado dulce y buena (y por mucho que la quiera debo decir que también patosa) como para meterse en esos mundos que parecían tener más riesgo del que pensaba.

-Supongo que está bien, aunque no se yo, Blair, sus padres habrán ido ya a pagar la fianza- mi hermana soltó un suspiro como si no supiera muy bien si estaba bien aquello que estábamos haciendo, incómoda por estar "omitiendo la verdad" a mi padre.

-Confía en mí, pollito, sus padres no estaban en la ciudad, dudo que hayan podido salir de allí solos.

Traté de cortar la conversación, aunque Haze no parecía dispuesta a dejar el tema a un lado así como así. Todo el camino fue incidiendo "discretamente" (o al menos según ella) y tratando de convencerme de que a mi padre no le iba a gustar nada eso si llegara a enterarse (mi plan era que no llegara a enterarse nunca, pero agradecía su preocupación, resultaba hasta tierna).

El camino no se hizo demasiado largo, al menos, el metro nos llevó bastante rápido hasta la comisaría y cuando menos lo esperaba ya me encontraba saliendo de la boca del metro y entrando por la puerta de la comisaría por la que me fui la noche anterior, con la esperanza de que al fin lograse encontrar respuestas de algún tipo en aquellos dos chicos.

O al menos eso habría sido lo que me hubiera gustado, porque cuando llegué a la comisaría y pregunté por los dos chicos que habían detenido la noche anterior... No había ni rastro de ellos, nadie se acordaba de haberlos visto y por si fuera poco el calabozo se encontraba vacío, como si nunca hubieran existido. La mirada de Hazel fue todo un poema, creo que estaba evaluando si estaba bien o en medio de una crisis nerviosa o algo por el estilo, no sabía bien cómo gestionarlo pero se veía preocupada.

Just A Dream ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora