𝟎𝟏

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—¿Se supone que esto es un café? Es mejor el que yo hago en mi casa. ¿Cómo es que todavía usan vasos de plástico no biodegradable? Debería darles vergüenza.

Amelia alzó la cabeza al escuchar las palabras de Louise. Tapó el resaltador verde que tenía en la mano y colocó sobre la mesa los papeles que estaba subrayando. Tenía una sonrisa dibujada en los labios, y observó a su mejor amiga limpiarse la boca con una servilleta, para luego dejarla al lado de su café.

—Tú fuiste la que me dijo que te trajera aquí —dijo Amelia—. ¿De qué te quejas? Además, sabes que ni el plástico biodegradable lo es al 100%

—Quise venir porque todos los estudiantes hablan bien de este lugar —bufó—. Pero, empiezo a creer que la gente tiene cero conocimientos en café y calentamiento global.

Amelia se pasó el dorso de la mano por la nariz, la cual estaba irritada por el frio. El olor a café y caramelo penetraba sus fosas nasales, llegando a sus neuronas sensitivas y provocándole una sensación de placer. Se recostó en el espaldar de su silla, arrugando un poco el buzo negro que usaba, y miró fijamente a la rubia frente a ella.

—Bueno, ya tienes un artículo para escribir —le sonrió la castaña— "¿Por qué considero que el café de la facultad de ingeniería está sobrevalorado?"

La rubia la miró mientras esbozaba una preciosa sonrisa, dejando ver el piercing de herradura que colgaba del frenillo superior de su boca.

—¿Sabes? Por eso eres mi mejor amiga —admitió—, por esas buenas ideas que me das. El maestro Summers estará fascinado si ese es mi proyecto de periodismo de este semestre.

Amelia se encogió de hombros, dibujando una sonrisa que mostró sus dientes.

—Por eso tu vida sería un asco sin mí.

Lou miró el reloj inteligente que tenía en la mano izquierda y resopló, pasándose una mano por el cabello.

—En 40 minutos tengo clases. —La miró—. ¿Tú no tenías asesoría de tesis hoy?

— Aún la tengo, pero mi asesor se tomó unas vacaciones. —Chasqueó la lengua—. Hoy me asignan un nuevo asesor, estoy esperando la confirmación de quién será y cuando me reuniré con él o ella.

—Debería ser un delito que te cambien asesor de tesis —le dijo—. O sea, ¿cuánto habías avanzado?

—Nada, solo tengo la portada.

Louise la miró incrédula, pero al ver la seriedad de Amelia, soltó una carcajada.

—Amiga, iniciamos la idea de tesis al mismo tiempo y yo ya tengo el marco teórico.

Amelia miró los papeles que tenía sobre la mesa, los cuales había estado subrayando hacía un momento. Gracias a eso, notó que el cristal de sus gafas estaba sucio. Se las quitó y las limpió con la tela del buzo que estaba usando.

—Pues perdón, es que ni siquiera sé de qué haré mi tesis. —Volvió a colocarse las gafas—. El internado no me deja tiempo para hacer algo.

—¿Cambiaste de opinión acerca del síndrome de Burnout?

—Síndrome de Burnout voy a desarrollar yo realizando internado y tesis al mismo tiempo —cuestionó—. Me llama la atención la obstetricia, debería hacer un estudio acerca de la violencia obstétrica.

—Amy. —Su mejor amiga la miró—. Eres la mente más brillante que conozco, y la mejor médica del mundo, nada es lejano para ese cerebrito tuyo.

La castaña le sonrió y volteó su vista un instante cuando escuchó que la campana de la puerta de entrada sonaba, anunciado la llegada de otros estudiantes. Volvió de nuevo la vista a Louise.

Oxitocina | Cillian Murphy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora