𝟎𝟕

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¡Gracias por el apoyo que ha tenido el fic estos días! Son lxs mejores <3

Espero disfruten mucho la tensión que se crea en esta historia, porque tengan por seguro que pronto se va a romper, tal como lo vimos en el tiktok que subí.

Tengo la esperanza de pronto hacer un maratón.

En mi tablero dejé hace unos días un link para unirse a un grupo de whatsapp, donde aviso cuando serán las actualizaciones y de más cosas, por si gustan unirse.

Lxs tqm <3

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—Amelia, disculpa la hora, pero voy a hacerte una propuesta que no sé si encuentres adecuada.

Amy apenas estaba abriendo los ojos cuando escuchó su celular sonar. A tientas lo buscó en la cama, y cuando contestó, esas fueron las primeras palabras que escuchó, provenientes de su asesor de tesis. No sabía si estaba soñando, seguía medio dormida, o él en realidad había dicho eso.

—Profesor, ¿qué sucede?

Su voz adormilada no se pudo disimular, y se sintió apenada por eso. Se alejó el celular de la oreja para ver la pantalla, advirtiendo que eran las 07:48 de la mañana. El sábado era el único día que no madrugaba, y su profesor la despertaba con palabras que no entendía.

—Te desperté, lo siento —se disculpó.

—No, no, tranquilo. —Se incorporó en la cama mientras se tallaba los ojos con pereza—. De todas formas, ya pronto iba a sonar mi alarma para desayunar.

Ella no tenía alarma para ir a desayunar, no supo de dónde sacó esa excusa tan estúpida para decir.

—De todas maneras, lo siento. —Volvió a disculparse.

—¿Qué pasó, profesor?

—Mi hijo está enfermo, y no me gusta llevarlo a hospitales porque sé tratarlo en casa —explicó—. Sin embargo, no quiero perder la asesoría contigo de hoy, pero no puedo salir de casa.

Amelia se puso de pie, imaginando por dónde iba la petición. Comenzó a temblar, y su mente planeó una respuesta para tenerla lista al momento en que él le preguntara.

—Pobrecito, ¿qué tiene el niño? —preguntó.

—Parece una amigdalitis viral —contestó.

—Ay, qué dolor —exclamó—. Entonces, ¿qué quería pedirme?

—No sé qué te parezca, y estás en todo tu derecho a decir que no —dijo—. Pero, tenía pensado que hagamos la asesoría en mi casa.

Amelia se quedó en silencio por un segundo, pero no podía negar que le provocaba cierta curiosidad conocer el espacio donde su profesor mantenía la mayoría del tiempo. Además, ella no le veía nada raro a eso.

—Yo no tengo problema. —Se sentó en una silla del comedor—. Pero, no quiero ser una molestia para su esposa o su hijo.

—No te preocupes por eso. —La tranquilizó—. No aceptes por compromiso. Si no te sientes cómoda, aplazamos la asesoría.

—Tranquilo, profesor. Como dije, no tengo problema —aseguró—. ¿A qué hora?

—¿Te parece a las 17:00? Como habíamos quedado —propuso—. O si quieres más temprano, como gustes.

—No, a esa hora está bien —dijo—. Entonces, nos vemos en la tarde. Que su hijo se mejore, profesor.

—Gracias, Amelia. Nos vemos en la tarde.

Oxitocina | Cillian Murphy.Where stories live. Discover now