Capítulo 29

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Esa mujer está empezando a cabrearme, resulta que mujer restregadora de pechos es Miranda – la chica con la que Miley me confundió – Kaulder prácticamente huyó de ella y se refugió con sus hermanas, pero apenas se descuidaba la señorita se acercaba como una pantera en acecho, por lo que cada vez que se acercaba yo hacía lo mismo solo para joder su coqueteo con mi hombre, que más que coqueteo empieza a parecer acoso.

Por lo que ahora ella y un grupo de mujeres me sigue con la mirada a cada paso que doy, camino por su lado, pero una de ellas se interpone en mi camino.

- ¿Cuál es tu problema? – bajo la bandeja llena de copas, para mi suerte vacías.

- Permiso – no tengo animo de ser cordial, así que no lo soy.

- ¿Crees que no sé lo que haces? – Miranda se detiene frente a mí – ¿Crees que lo vas a poder impresionar? No eres más que una pobretona barata.

- Permiso – varias miradas curiosas se están posando en nosotras y lo menos que necesito es un escándalo.

- Él no se junta con gente poca cosa – me mira con superioridad – Deja que se vaya – su amiga se quita de mi camino.

Me encamino hacia la cocina para dejar las copas vacías y que estás sean llenadas, pero ni bien doy un paso algo choca contra mi pie desestabilizándome, todo pasa en cámara lenta para mí, escucho el estruendo de los cristales contra el suelo y mis ojos se aprietan ante el repentino dolor, volteo un poco mi rostro para confirmar lo que suponía, de mi brazo brota sangre al igual que mi mano.

- Ain – unas manos me toman de las mejillas – Hey – sus ojos pasan a mi brazo alarmado – Tranquila, te pondré de pie – asiento todavía aturdida.

- Hay que llevarla a un hospital, tiene un vidrio en el brazo – miro mi pobre brazo, tiene varios cortes pequeños, un poco arriba del codo un trozo de vidrio se encuentra incrustado – Trata de no mover el brazo – me pide Justin.

- ¿Estás demente? – la furia es palpable en la voz del jefe – Se pudo hacer mucho daño – Miranda rueda los ojos.

- Yo no hice nada – ella y sus amigas rodena el desastre y se acercan – Además no vale preocuparse por alguien como ella – abro la boca, pero Kaul se adelanta.

- No te le vuelvas a acercar a mi mujer ¿Entendiste? O te pondré una puta orden de restricción – me toma de la mano buena sacándome de ahí.

- Iré con ustedes – nos alcanza Justín.

Dim conduce y se me enternece el corazón al verlo preocupado, un muchachote grandulón y fuerte como él tiene un corazón de pollo.

- ¿Cómo te sientes? – Kaulder me toma de las mejillas.

- Bien, solo ligeramente mareada – murmuro al sentir como el mundo comienza a moverse.

- Justin – habla un preocupado Kaulder.

- Tranquilo, seguramente fue por lo que pasó, la situación en general, la pérdida de sangre no es tanta como para marearla – me atrae a su pecho.

- ¿Alguna otra ex loca de la que me deba preocupar? – murmuro.

- Lo lamento mucho, hermosa – niego aún en su pecho.

- No es tu culpa, esa lunática y sus amigas deberían estar encerradas.

- No creo que deberían ser encerradas – habla Justin haciéndome bufar.

- Ya lo sé, niño, solo digo.

- ¿Niño? Soy mayor que tu – sonrío, pero no respondo, mi brazo pica y no sé si es una buena señal.

- Kaul – murmuro.

Maldito jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora