21. Te quiero comer la boca

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Buenaaaaas buenaaaas!! Aquí va el 21, espero lo disfruten 😏🫶🏽💗
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Mayte despertó a causa de los quejidos de los cachorros al rededor de las 3 a.m., alzó el rostro y miró a Manuel profundamente dormido, a ese hombre podría pasarle un tren encima y ni se inmutaría. La rubia con cuidado salió del sofá que habían compartido como cama y se acercó donde se suponía que dormirían los perritos. Pronto se dio cuenta que tenían hambre nuevamente, fue a l cocina y regresó prontamente a darles de comer. Manuel despertó, pero no por el ruido sino por sentir el frío que había dejado su cuerpo, se desperezó y la vio sentada en la alfombra con los ojos adormilados pero sin perder la concentración.

- ¿May? ¿Qué pasó? - Preguntó tomando asiento a su lado.

- Hasta que despierta señor "yo prefiero un hijo" - Dijo con sarcasmo.

- Oye- Reclamó acariciando su mejilla.

- Tienen hambre y yo mucho sueño, no me hagas caso - Se disculpó.

- A la siguiente toma me levanto yo, mientras tanto déjame ayudarte y así acabamos más rápido. - Propuso tomando nerviosamente uno de los cachorros. Mayte no pudo evitar percatarse de aquel hecho.

- No me digas que no te gustan los perros.

- No es eso, mira mis manos y compara su tamaño , me da miedo hacerles daño - Enseñó sus manos al lado de ellos y Mayte soltó una carcajada.

- ¡No seas bobo gordito! No les harás daño, tómalos así con cuidado y ya está- Ella le demostró cómo lo hacía y Manuel atentamente repitió la acción- ¿Ves? ¡Perfecto!

- ¿Quieres subir a la recámara o seguimos durmiendo aquí?- Consultó cuando ambos habían terminado la tarea y las criaturas volvían a dormir plácidamente en la manta.

- Aquí nos será más cómodo para cuando vuelvan a tener hambre- Apuntó aceptando su mano para ayudar a levantarse, pronto se volvió a acurrucar junto a él y ambos quedaron dormidos rápidamente.

Volvieron a repetir la acción casi a las 6 am y aunque Mijares insistió en que podía solo, Mayte lo ayudó para acabar rápido y volver a dormir. No volvieron a despertarse hasta las 9 y decidieron que ya era hora de tomar desayuno e irse al veterinario. Mayte le indicó la dirección de uno de confianza que solía visitar cuando había tenido mascotas y Manuel condujo sin problemas hasta el lugar. Cuando llegaron, el soldado del amor llevaba la caja donde habían puesto a los perritos para transportarlos mejor, Mayte entró primero y él detrás.

- ¡May! ¡¿Y ese milagro?! - Exclamó un hombre al verla entrar, acercándose a abrazarla cariñosamente mientras que la rubia correspondió sonriente.

- ¡Carlos! ¿Cómo estás? Mira pues te tengo nuevos pacientes- Respondió ella señalando a donde Manuel miraba la escena con recelo.

- ¡No me digas que el mismísimo Manuel Mijares será mi nuevo paciente! - Bromeó al percatarse de su presencia.

- Buenos días- Saludó el aludido serio.

- No querido, ese es mi novio, los pacientes están en la cajita que carga- Le guiñó un ojo, pues la rubia ya había notado el recelo en los gestos de Manuel y este se sorprendió, era la primera vez que Mayte se refería a él con aquella etiqueta.

- ¡Ah! ¡Pues felicidades! - La volvió a abrazar y Manuel rodó los ojos. - ¡Vengan! Pasen! Vamos a revisar a los pequeñines- Indicó tomando la caja de las manos de Manuel e indicándoles el camino hacia la sala de revisiones.

- Muy cariñosito tu veterinario- Susurró bajito en lo que caminaban detrás de él.

- Nos conocemos hace muchos años- Le restó importancia al hecho.

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