Capítulo 4: Honor and betrayal

46 22 13
                                    

De repente la piel de Astrid se puso pálida de por sí ya no solo debía entregar el diezmo pero escuchar que todo dependía de ella la dejo echa piedra odiaba que la gente dependiese de ella.

Su primo la observaba mientras Astrid reflexionaba dando vueltas a la habitación donde dormía durante su estancia.

—Tal vez no sea tan malo como parece.—Dijo el pelinegro para calmar a Astrid.

—¿Tal vez? Tim esto es horrible, oíste al abuelo puedo morir sino lo entrego a tiempo y tu padre dijo algo de un hijo de una tal Bella que no conozco.— Respondió la joven mientras no dejaba de moverse y sus pies empezaron a desprender una chispa violeta muy característica.

—Bella es la jefa del Gremio de Asesinos, el gremio enemigo del nuestro, su hijo Jason fue elegido hace diez años, como tú.—Explico una tercera voz interviniendo en la conversación de los LeBeau.

—¿Y tú quién eres?

—Thomas Laurent para serviros alteza.—dijo e hizo una reverencia frente a la joven.

—Astrid Marie LeBeau.—contesto ella.—Por favor no me digas alteza lo que menos soy es una princesa o algo por el estilo.

—No sabes el peso que me quitas de encima Astrid, mi padre es un amigo del tuyo y quiere que tenga respeto a tu familia.—dijo el de ojos azules.

—Creo que ya sé quién es tu padre, ¿Pierre?

—Wow si, si lo es. ¿Cómo lo supiste?—preguntaron ambos chicos.

—Solo fue instinto y que te pareces demasiado a él.—afirmó la única mujer de la habitación.

La noche empezó a caer hasta que el Gremio de Ladrones se quedó casi completamente a oscuras pues solo era alumbrado por unos pocos focos que apenas iluminaban debido a los recientes ataques del Gremio de Asesinos.

Mientras en tierras no tan alejadas del Gremio de Ladrones una mujer rubia y de ojos verdes estaba con un chico, aproximadamente la edad de Astrid, sentado en un taburete escuchando el plan de la más mayor.

—¿Entonces tu plan consiste en hacer que la niña no entregue el diezmo?—preguntó el joven quién no entendía el plan todavía.

—No, sus padres la defenderían cómo hicieron con el último LeBeau que entrego el diezmo.—dijo la más mayor.

—Madre no podemos detenerlos no tienes tus poderes y yo apenas estoy empezando a controlarlos.—reclamo el joven.—Es mejor que dejamos que las cosas sigan su curso y entregué el diezmo y se vaya de aquí.

—Si que las cosas sigan su curso mañana.—dijo en un tono melancólico la mujer.

El joven de pelo rubio entendió lo que estaba planeando su madre y cuando acabo de pronunciar estás palabras él solo asintió y abandonó la sala donde estaban para descansar dado que mañana sería un día muy largo.

El sol empezaba a salir por el este del Gremio de Ladrones, unos rayos de luz empezaron a inundar la habitación donde una joven de pelo castaño y ojos verdes dormía plácidamente hasta que se despertó por la luz, dirigiéndose a lo que se suponía que era la cocina.

La cocina estaba algo desordenada debido a que todos los miembros de la familia estaban allí sentados en diferentes taburetes o también encima de la mesa dado que había muy pocos taburetes.

—Buenos días, Bella Durmiente.—saludó Irene a su hermana menor.

—Buenos días serán cuando salga de aquí.—respondió cortante Astrid abriendo la nevera.—¿Quién se bebió toda la leche y dejó el brick vacío?—se giró para ver a su abuelo, su tío y su padre.—Hablen ahora.

New generation X #PremiosAstros2k23 #ElysianContestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora