PRÓLOGO AMOR INMORAL

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BÁRBARA

—¡Bárbara, bienvenida!

—¡Qué gusto tenerla de nuevo por aquí!

—¡Bienvenida, Barbie!

Agradecí a todos y cada uno de mis compañeros de trabajo, los cuales había dejado de ver durante un buen tiempo.

—Bárbara —mi asistente se puso de pie en cuanto me vio acercándome a mi oficina—, tu capuccino está en tu escritorio, los papeles que necesitan tu firma urgente están al lado izquierdo en tono amarillo, los de lado derecho es el presupuesto de la nueva línea y CEDI*, tienes junta por revisión gerencial a las diez de la mañana, Ares programó una cita a las dos para que vayas a comer con él —sonreí y giré los ojos mientras abría la puerta y Sandra seguía hablando a mi espalda—, a las cuatro tienes junta para ver el área de oportunidad de la línea cinco.

—Gracias, Sandra, ¿algo más? —Se quedó pensando mientras yo tomaba mi lugar detrás del escritorio.

—Sí, —chasqueó los dedos—, la agencia dice que ya puedes pasar por su nueva camioneta y llamaron de Cartier que tu pedido está listo.

—Perfecto, muchas gracias, puedes retirarte. —Le dediqué una sonrisa y de inmediato me puse a revisar los documentos urgentes.

—¡Bienvenida! —Me dijo tímidamente, le agradecí y se giró para salir de mi sitio.

No había pasado ni media hora, cuando la puerta de mi oficina fue golpeada y di el pase.

—Bárbara, han traído esto para ti. —Un enorme ramo de flores cubría la cara de Sandra, puso el gran arreglo en una mesa decorativa que tenía en la oficina y me puse de pie, fui a la tarjeta y la vi.

"Por fin te tengo de vuelta". —A.

Exagerado, pensé.

Hice una llamada, la más importante, colgué y me puse de pie para ir a la junta que tenía programada.

El golpeteo de mis tacones anunció mi llegada, acomodé mi chaqueta de tono blanco a juego con el pantalón de sastre, todos en la sala de juntas se giraron a observarme, me dieron la bienvenida, otra vez y agradecí respondiendo a todas las sonrisas otorgadas, tomé mi lugar al lado derecho del dueño y presidente.

—Ya que estamos todos, por fin y que Bárbara se dignó a darnos unos minutos de su valioso tiempo y venir... —Le di una mala cara a Ares, quien estaba en la punta de la mesa, me guiñó un ojo, a consecuencia de eso la cara se me incendió por lo que la bajé— Esta junta es para anunciar los cambios que se vienen, por fin se va a inaugurar el CEDI* Buenavista.

Me tensé, entrelacé mis dedos y tosí un poco a causa del nerviosismo, Ares me dio una mirada fugaz, lo que hizo que me tranquilizara un poco.

—Habrá movimientos importantes, así que...

Hizo silencio, una pausa.

Oh no...

Todos se miraron entre sí, buscando el culpable.

—Perdón. —Dijo Guzmán al sentirse descubierto y de inmediato soltó el móvil sobre la mesa como si este le quemara.

—¿Has terminado? Porque yo en realidad no tengo nada que hacer más que esperar a que su señoría termine de perder el tiempo. —Exclamó con tono autoritario.

—Lo lamento, no volverá a ocurrir. —Ares le dio una mala mirada y continuó.

—Bárbara y yo estaremos en el CEDI de Buenavista hasta asegurarnos que todo marche correctamente, es entonces, cuando volveremos, por lo pronto, la planta quedará al mando de Estevanez y Arriaga, los centros de distribución son muy importantes para así poder bajar la carga de las rutas y llegar a más lugares.

Deseo Inmoral [Disponible En Librerías] Where stories live. Discover now