Iliana

12 3 1
                                    

Llegue al psiquiátrico un poco más tarde, deje la bicicleta dentro del enorme y solitario jardín y me dirigí a la entrada de la gran construcción de cemento gris. No era algo con muchos lujos pero se podría decir que era lindo por dentro. Me acerque a un chico que estaba tras el mostrador y le salude, le explique todo lo que me dijo mi jefa y me contesto que iba a buscar a su superior y que podía sentarme mientras.

Fue muy amable conmigo y le di las gracias antes de sentarme en una de los asientos de plástico blanco.

Al rato un señor ya entrado en edad salió por una puerta con un cartel de privado, sonrió y se acercó a mí.

-Usted debe ser la señorita Bennett, verdad?- Me sonrió amable mientras me tendía la mano.

-Así es ¿usted es el señor Michael?- Tome su mano de forma educada mientras me levantaba del asiento de plástico barato.

-Lo era la última vez que lo revise- Contesto divertido a mi pregunta.

La verdad era que no se veía mal para la edad que me dijo mi jefa, si, era mayor obviamente, pero no se le veía como a los señores mayores de mi barrio, él era bajito y un poco flaco, de pelo grisáceo con algunas cana blancas. Mayor, pero en buen estado de salud seria la descripción perfecta.

Me explico lo que haría y como debía seguir los protocolos. Me llevo a unas escaleras y empezamos a subir, todas las puertas tenían una tarjeta propia y solo había una de cada. Según me explico por seguridad, llegamos a la quinta planta y me mostro una tarjeta. 

-Esta es tu zona, y esta tu tarjeta- Dijo mientras abría la puerta y me dejaba pasar. Al entrar vi un pasillo con cuatro puertas y a un chico sentado en una cabina acristalada al fondo, tenía el pelo rubio y liso, su piel se veía un poco bronceada y llevaba un traje como si fuera policía o algo así.- Ese es Nicolas, es el vigilante de este pasillo, siempre que necesites ayuda no dudes en avisarle, será el encargado de ayudarte cuando tengas que evaluar a estos cuatro, él te entregara los informes de cada uno. Al igual que tú, él también tiene la llave de las escaleras, pero tú puedes abrir las habitaciones y la escalera con la misma tarjeta, el no.-Prosiguió mientras caminábamos a el que sería mi nuevo compañero

Al pasar por una de las habitaciones se escuchó un golpe contra la puerta por lo que instintivamente retrocedí soltando un pequeño grito. Sentí un metal frio contra mi espalda me gire mirando la puerta de una de las habitaciones y se me helo la sangre cuando vi unos ojos de pupilas dilatadas mirarme atreves de los barrotes superiores. Me asuste al sentir un mano en mi brazo tirando y apartándome de la puerta.

-¡Se acabo la fiesta panda de inadaptados mentales!- Era Nicolas. Mi jefe me guio hasta el final del pasillo mientras Nicolas hacia callar las risas de los pacientes.

-Buuuuuu ¡que aburrido eres Nick!-La voz de una chica resuena por el lugar desde detrás de una de las puertas.

-Tu cállate loca- Le contesto el este.

-¡Loca tu abuela, capullo!- Protesto ella y de nuevo todo volvió al silencio.

Nicolas volvió a su puesto junto a nosotros y me dio una mirada rápida antes de mirar a su jefe.

-Sigo pensando que no tiene sentido todo esto- Murmura aunque yo logre escucharle.

El señor Michael lo ignoro por completo y nos miró a ambos -Los dejare para que empiecen y todo eso, Nicolas dale a Iliana los informes de cada uno oh y querida, si aprecias tu vida mantente alejada de las puertas pase lo que pase o digan lo que digan mientras Nicolas no esté presente - Dijo antes de tomar camino de vuelta junto a mi compañero quien le abrió la puerta.

Mire a mi alrededor. No era tal y como pensé. El pasillo era de un color blanco con tonos grisáceos y las puertas de metal estaban en buen estado, cada una con una placa que contenía su número. La 124 de donde había sonado el golpe y las risas, la 126 justo al su lado de donde había escuchado a la chica, la 125 en la que esos ojos dilatados me miraron y la 127, la única que había estado en silencio.

Vi a Nicolas acercarse y darme cuatro carpetas desgastadas de color amarillo

-Suerte en esta locura- Dijo y volvió a su asiento.

Me senté en el suelo cerca de la cabina y alejada de las puertas mientras colocaba las carpetas delante mía, eran cuatro y cada una tenía un numero correspondiente a cada puerta, la curiosidad me mataba, por lo que examine cada una y las puse en orden numérico correspondiente.

Agarre la de la puerta 124 y respire profundo antes de abrirla


//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Chan chan chaaaaaan

¿Qué habrá dentro de cada carpeta?

Ya lo descubrirán en el siguiente captitulo :D

Pdt: lamento la demora qwq no me maten

Rojo Sangre, Azul Mar (EN PROCESO)Where stories live. Discover now