"T"

218 16 9
                                    

Decir que le gustaba estudiar era una tremenda blasfemia.

Que disfrutaba trabajar era también una mentira muy grande.

Pero si sopesaba ambas cosas y el beneficio a corto plazo que le ofrecían, prefería estar trabajando. Con los billetes que conseguía barriendo la nieve podía ahorrar algo para comprar una cena más decente en navidad, ya que la pensión de su abuelo y el dinero que su tía le mandaba, apenas alcanzaba para las necesidades básicas.

Si era codicioso podría arriesgarse a comprarle un regalo al viejo alfa que se dedicaba a vender fruta en el mercado del barrio. Pero también significaría una zurra, aunque los golpes del abuelo ya no dolían como antes, el simple hecho de pasar un disgusto le quitaba las ganas de saltarse las clases y volver a la tienda de abarrotes a seguir cargando cajas.

—Joven Min, resuelva el problema número diez por favor

Y ahí estaban su peor tortura, las matemáticas.

Dejó su lápiz y con toda la pereza del mundo salió a la pizarra a resolver el mentado ejercicio.

—Maldita sea con quien se le ocurrió unir letras y números -maldijo en un susurro mientras despejaba la variable.

—Cuidado Yoongi, te va a jalar las patas por la noche.

—Cállate Hoseok y despeja tu propia "Y"

Yoongi odiaba la costumbre del profesor de sacar a un grupo de alumnos a la pizarra para medir sus habilidades. Así no se podía dormir en su pupitre, porque fallar significaba reforzamiento y eso, horas extra en la salida, por ende menos trabajo y menos dinero.

Dejar ir el dinero no era un lujo que podía darse.

Así que contra su propia desidia tuvo que aprender a organizar su horario para estudiar, incluso si sólo dormía tres horas diarias.

—¿Otra vez yendo al almacén? No vas a crecer, mocoso, y ya te dije que el dinero no es problema. Así que concéntrate en acabar la secundaria.

—Ya, pero traje la cena, abuelo. Siéntate a comer.

—Mocoso de mierda, ¿estás siquiera escuchando a tu abuelo?

—No he descuidado mis estudios, viejo. Ya estamos en la semana final y me va bien. Deja de preocuparte por nada.

Yoongi apenas había entrado a la secundaria local ese año y dudaba que fuera a terminarla con éxito, se estaba agotando muy rápido y apenas iba por la mitad del año. Pero no preocuparía más a su abuelo con ese tema.

Tampoco es que fuera un alumno excelentísimo, era bastante promedio, aprobaba con las justas, los 11 eran su excelencia y no destacaba en nada en absoluto. Y él estaba bien así.

No pretendía ser como el cerebrito de su clase, ni el delincuente que ya había repetido como tres veces el año. Pasar desapercibido era su pasión.

Tampoco tenía un grupo de amigos, apenas y podía considerar a Jung Hoseok como un compañero cercano únicamente porque este insistió en que quería ser su amigo. Nadie sabía de su situación, nadie conocía su casa siquiera.

Prefería mantenerlo así, para él, crear lazos cercanos era un arma de doble filo y hasta cierto punto una pérdida de tiempo.
Eso es lo que recuerda de su padre, un corredor de bolsa obsesionado con el éxito.
De su madre siempre recuerda que le decía "el ser humano aprende a dejar ir, Gigi, a no aferrarse y acostumbrarse a alguien. Porque la separación es dolorosa"

Siempre se cuestionó si sus padres se amaban de verdad, sin embargo fueron preguntas sin respuesta. Incluso su abuelo esquivó el tema. "Hay cosas de las que es mejor no enterarnos, ellos vivían tranquilos y te amaban, es suficiente"

Por esa razón no lloró mares en el entierro de sus padres, una lagrima y una rosa fue lo que les dedicó y luego optó por seguir su camino. Claro que le dolió, mucho, porque aunque no pareciera, ambos eran muy cariñosos con él, nunca le faltó nada y siempre estaban pendientes de su bienestar, perderlos a los diez años era doloroso, aún así fue lo suficientemente fuerte como para no llorar.

Aprendió a trabajar desde joven, en pequeños trabajos sencillos, sabía que el seguro de vida de sus padres se iba a acabar pronto y que su abuelo apenas tenía fuerzas para trabajar.

Así que un día saliendo del colegio, cuando se acercó a la bodega cercana a su casa a comprar pana para la cena, vio a una mujer embarazada cargando unas cajas con mucho esfuerzo. Inmediatamente su foquito se prendió y luego de ayudarle, se postuló como un ayudante para llevar cajas del almacén a la tienda por unas cuantas monedas, al menos así podría tomar el bus para ir a la escuela y podría dormir unos minutos más.

Le pareció una excelente idea, excepto que con el pasar de los días el trabajo se hizo más extenuante y su abuelo se enteró.
"Si van a aprovecharse de ti, entonces que paguen bien, no vas a volver ahí Yoongi, eres un mocoso estúpido"

Yoongi obedeció, terminó la primaria sin problemas hasta que durante una cena de fin de año escuchó a su abuelo renegar de lo cara que era la vida, que el gobierno había disminuido su pensión y que ser reconocido como soldado de guerra destacado era una mierda. "Ese título no va a darle de comer a mi nieto"

Fue solo cuestión de tiempo ver a Yoongi consiguiendo otro trabajo por horas, el restaurante frente a la escuela le pagaba lo justo y además siempre le daba un poco de la comida que sobraba para llevar a casa. Ahí conoció a Jung Hoseok, un chico sonriente y travieso que insistía en ser su amigo. Pero que también se perdió con el tiempo, fue llevado por su padre a otra ciudad y nunca más lo volvió a ver.

Entendió lo que su madre le dijo sobre dejar ir.

Estaba acostumbrándose a eso, dejar ir lo que fuera. Su mascota Holli, su único casi amigo, sus padres, la vecina con la que desarrolló una hermandad, el dinero que ofrecían por trabajos indignos.

Pero nada lo preparó para dejar ir al alfa que lo acompañaba en casa, el único que a pesar de ser tan duro, le hacía sentirse feliz. Lo último de su familia que le quedaba.

Yoongi intentó de todo para mantenerlo a su lado, por primera vez la desesperación se apoderó de él y el nudo en su garganta lo ahogaba.
Llamó a las vecinas, a una ambulancia y a la policía, pero el hombre había dejado de respirar horas después de una de las cenas más tranquilas de Navidad que tuvo en años.

Sin saber lo que iba a ser de él, se dejó llevar a la comisaría y durmió rodeado de más niños abandonados. Pero él no fue abandonado, porque aún se negaba a dejar ir a su abuelo. Así entre lágrimas durmió esperando que ese mal sueño terminara.

 Así entre lágrimas durmió esperando que ese mal sueño terminara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊🍊

Hola! Creo que al final yo también tenía ganas de escribir la historia Kookgi, así que aquí está.
Para quienes leyeron Lemongrape, hola de nuevo, bellezas. Para quienes están por aquí por primera vez, Bienvenidxs bellezas.

Aclaro que es un omegaverse, con Jungkook alfa y Yoongi omega. Habrá mención de otros personajes y no es requisito indispensable haber leído Lemongrape para entender esta historia.

Aún así aprovecharé para promocionar mis demás historias, Mint Chocolate es la precuela de Lemongrape, ambos omegaverse Soojun (los nenes de TXT).

Espero que hayan disfrutado este primer capitulo y que podamos leernos en los siguientes que no serán más de diez.

Les amo montones ❤️❤️❤️🍊❤️❤️❤️

♡《𝑻𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓𝒊𝒏𝒆𝑴𝒊𝒍𝒌》♡ (Kookgi Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora