Capítulo 20

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Macao:Chay....

Porchay:¿Si?— Pregunté tomando su mano

Macao: Tenemos tiempo sin salir juntos ¿Te parece si vamos al cine?

Porchay: Estoy completamente de acuerdo

Macao: Bueno. Ven y te cuento como me fue en el campamento

Ambos nos sentamos tomados de la manos a hablar. Solo nos habíamos separado una semana, pero las conversaciones fluian como si no hubiéramos hablado en años

"Si, definitivamente te extrañaba"— Pensé mientras lo miraba

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Pasaron días y semanas. Exactamente dos meses desde "ese día". Seguía hablando constantemente con Kim, pero Macao aún no se enteraba. 

Nunca se metía en mi privacidad y veía a Kim solo cuando venía a casa. Empezó a hacerlo seguido, por lo cual todos tuvieron sospechas, pero nos escondíamos para conversar, por ende, nadie nos "conectaba"

En cuanto a mi relación con Macao, todo iba marchando bien. Salíamos a comer helado. Íbamos al cine, a la feria, incluso hemos ido a la playa

Nuestro cariño mutuo ha crecido a montones. Él seguía siendo el mismo angel de siempre, así que no podía quejarme.

Hoy había quedado de salir nuevamente con Macao, así que me estaba vistiendo para la ocasión. Comeremos en el restaurante de la familia, así que quería ir bien vestido

Me miraba al espejo. Tenía puesto un traje rojo, creo que es un color que me sienta bien.

Traía unos zapatos de lujo marrones que me había regalado Macao, y un reloj que... Bueno, tomé "prestado" de su joyería. Sinceramente él no era mesquino. Compartía todas sus cosas conmigo

Porsche:¡Chay! ¿Cuándo vas a ser responsable? Macao te sigue esperando— Gritó mi hermano

Porschay: Ya casi— Respondí bajando las escaleras

Macao se levantó del sofá y se quedó mirándome estático

Porchay:¿Que? ¿Que pasa?¿Que tengo?— Pregunté alterado mirándome y buscando algún defecto en una parte de mí

Macao:No importa cuántas veces te vea o cuánto tiempo seamos pareja. Siempre me sorprenderás con tu belleza....Rey, estás hermoso— Dijo aún sin moverse

Porchay:¡Macao!— Exclamé haciendo berrinche

Porchay:Vámonos— Seguía hablando

Lo empuje afuera y nos subimos en el auto juntos

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Llegamos al lugar y nos recibieron con "alfombras rojas". Él trato era definitivamente el mejor, pero irónicamente no había nadie

El mesero nos indicó nuestra mesa, quedaba justo en el centro

Cuando ya estábamos sentados frente al otro, acerqué mi rostro a Macao y le hice señas con las manos para que él se acercase también

—¿Por qué somos los únicos aquí?— Pregunté susurrando

—Porque reservé todo el restaurante— Respondió en el mismo tono

-¡¿Que hiciste que?!- Grité y todos voltearon a mirarnos

Macao sonrió al ver mi torpe reacción

—Es el restaurante de la familia, no tengo que hacer demasiado— Dijo para volver a su posición original

"Ohh" Marque con mis labios

mentiras blancasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora