💌: vingt-deux ⋆ ˚。⋆

780 76 59
                                    

— ¿Puedo contarte algo? — Preguntó mientras comenzaba a jugar con sus manos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Puedo contarte algo? — Preguntó mientras comenzaba a jugar con sus manos.

— Sabes que sí.— El pelirrojo parecía tener algo con el pelo de su amado porque volvió a darle un beso rápido.— ¿Qué sucedió?

— Volví a tomar clases de piano.— Le costó mucho más trabajo de lo que debería soltar esa frase.

Entendía por qué, Akito detestaba completamente la idea de que Toya volviera a un lugar donde sabía que saldría lastimado.

Esperó su reacción, más no pudo mirarlo a los ojos; el contrario, en cambio, entrecerró los suyos y frunció el ceño ligeramente.

— ¿Por qué? — Preguntó, sin poder creerlo.

Así que era por eso que estaba así.

Era consciente de su pasado, el miedo acabó invadiéndolo a él también.

— Mi papá, él... me obligó.

— ¡Ese idiota! — Gritó, apretando ambos puños.

— No, no... Akito.— Se atrevió a mirarlo, sentándose en la cama.— Fui yo quién accedió.

— Claro que accediste ¡Te obligó!

— Deja que te explique...— Suplicó, el contrario miró a otro lado, cruzando los hombros. Odiaba cuando su novio se ponía así.— Me prometió que me dejaría estar con ustedes y no me diría nada si volvía tarde a casa...— Buscó la mano de su amado para sostenerla, no quería verlo así por algo que él había cometido.— A cambio tendría que ir a competencias y practicar piano.

— Toya, no lo entiendes.— Le dijo, mirándolo incrédulo.— ¡Ese viejo va a controlar tu vida de nuevo!

— ¡Eso no es cierto! — Gritó de vuelta, poniéndose a la defensiva, soltando su mano.

— ¡Claro que sí! ¡Aprovecha cada oportunidad que tiene para que vuelvas a recaer!

— ¡Esta vez es diferente! — Le aseguró.

— ¿Entonces por qué estabas llorando? — Le preguntó, volviendo a cruzarse de brazos.

Toya no dijo nada por un momento.— No lo entiendes.

— No, no lo entiendo, no entiendo por qué demonios permitiste que te manipulara.

— Hablas como si fuera tan fácil huir de tu propia familia.

Se dió cuenta de a dónde iba todo esto, no quería saber cómo terminaría si seguían discutiendo.

— Toya, yo... juro que no lo entiendo.— Le dijo, su expresión demostraba preocupación, tristeza.— Te hizo sentir mal hace rato ¿no es así?

Su novio agachó la cabeza, no pudo quedarse sin hacer nada y fue a abrazarlo.

— Odio cuando peleamos por el estúpido de mi papá.— Soltó, correspondiendo el gesto.

— Lo siento.— Se disculpó.— Sigo sin estar de acuerdo con esto... ¿Por qué? — Quiso saber.

— Estoy cansado de tener que tolerarlo diario, pensé que podría quitármelo de encima por un tiempo a cambio de complacer la codicia de que sus hijos se conviertan en profesionales y amantes de la música clásica.

— Perdóname, por favor.— Dijo, mirándolo a los ojos.— No debí alzarte la voz, pero de verdad que no soporto verte así por su culpa.

— Akito, tú lo has dicho, es su culpa, no tuya.— Posicionó sus manos en la cintura del pelirrojo y este acunó su cara con sus manos.— Quería quedarme más tiempo en los ensayos, pasar más tiempo contigo.

— ¿A cambio de tu libertad? — Preguntó, sus ojos húmedos.

— Si es por tí, lo vale todo.

— No, Toya... Por favor, no.— Dejó caer su cabeza sobre su pecho.— No quiero que te hagas daño.— Suplicó.

— No tengo otra opción, él nunca estará de acuerdo con lo que yo haga con mi vida, así que por ahora es mejor aceptar lo que dice.

— No quiero volver a verte así de mal, por favor...— Susurró, aferrándose a su novio.

— No sucederá, te lo prometo.

— No quiero que vuelva a controlar tu vida y quiera alejarte de mí, no lo soportaría.— Se permitió comenzar a derramar lágrimas, lo odiaba, odiaba toda esta situación

— Tendría que matarme primero.— Le sonrió, achinando sus orbes grisáceos, sabía que estaba siendo sincero con él.

— Toya, por favor...— Volvió a rogar.— No quiero que vuelva a suceder lo de la otra vez... Odiaría con toda mi alma separarme de tí.— Lloró aún más.

— Kito.— Lo llamó, besando su sien.— Ambos nos estamos apoyando, sé que tú también tienes miedo pero tenemos que enfrentar esto juntos.

— Detesto verte lastimado y lo sabes.

— Por eso tenemos que cuidar uno del otro.— Respondió, sosteniendo sus manos, no pasó mucho para que se hincara, el pelirrojo mostró confusión.— Akito, te prometo con mi alma y corazón que al terminar la preparatoria nos iremos lejos  a dónde tú quieras, seremos libres. Sólo tenemos que aguantar un poco más.

— Somos unos adolescentes ¿Cómo puedes decir algo así? — Preguntó, intentando borrar las lágrimas que resbalaban por sus mejillas.

— Estoy completamente seguro que te he dicho que eres tú, que jamás podría haber alguien más; quiero que seas tú con quién pueda ser yo mismo.— Aquello había sido como una propuesta de matrimonio.

Fue hasta dónde él y lo abrazó.

—Toya...— Susurró, acariciando sus mejillas con sus pulgares.— Aún tengo muchísimo miedo de lo que pueda pasar, pero te prometo que voy a cuidar de tí durante toda la vida. Mi amor a tí es incondicional, no lo olvides.

Tenía razón, sólo eran dos chicos enamorados contra muchos, muchos problemas.

Tenía razón, sólo eran dos chicos enamorados contra muchos, muchos problemas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

llegamos a 5k y yo lo único que quiero es hacerlos llorar, increíble.

dolor y sufrimiento para ustedes, disfrútenlo.

labios rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora