🔮 Capítulo dieciséis 🔮

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14 de julio, 2022.
Último día de clase, antes del tan esperado receso de invierno. Entrábamos dos horas más tarde de lo habitual, debido a que la profesora de literatura se había tenido que ausentar, vaya a saber uno porqué. Pero eso no es importante, ni siquiera me importa, es más, fue un beneficio para mí, y todo el curso, pues que te resten horas de clase el último día, que por lo general suele hacerse eterno, no está mal. Pero unas horas antes, después de ver que el clima estaba gris y muy frío, pensé:

Sería horrible que Lola faltase hoy y yo terminase pasando las tres horas de clase junto a Karen y Johan —de solo considerarlo se me aceleraba el corazón, debido a los nervios, obvio.

Y como si mis palabras fuesen un hechizo, una hora antes de salir, veo un mensaje de Lola, diciendo que no va a ir porque tiene que ir al médico.

Mierda —fue todo lo que pensé y después me acordé de Valentina, la cuarta en nuestro grupo, a quien no he nombrado ya que no participa mucho en la historia y por lo general es alguien muy taciturna, pero sigamos—...bueno, al menos Valen si va. Todavía puedo estar tranquila, no voy a estar sola con ellos —me dije, sin embargo, tenía una sensación rara, algo no iba a salir bien, ya podía presentirlo. Me puse mi abrigo y salí a enfrentar el gélido viento, que lograba calarme los huesos y anhelar estar en la comodidad de mi cama perdiendo el tiempo.

Cuando ya iba por la mitad del camino, siento la necesidad de ver si Valentina me había enviado algún mensaje (algo que nunca hago). Y efectivamente había uno, uno desagradable, que hizo que un incómodo desazón me invadiese completa, mi peor pesadilla se iba a cumplir y estaba tan lejos de casa que sería ridículo volver, debía enfrentar la situación, que sabía de antemano, que iba a ser SÚPER incómodo, pues en efecto, Valen tampoco iba a asistir.

Estaba jodida, jodida con todas las putas letras.

Recé todo el camino porque Karen o Johan, cualquiera de los dos, faltase. Pero mis plegarias fueron ignoradas, y al entrar al salón, vi a Karen entrar con Johan. Mientras yo tomaba asiento, rogaba que él se sentase lejos, pero ese día los planetas se alinearon solo para llevarme la contra; y Johan se sentó justo frente nuestro, del lado de Karen, por supuesto. Aun así era incómodo. Muy incómodo, sentía que las mejillas se me desintegrarían de tan caliente que las sentía, y estaba segura que sufriría un infarto muy pronto, debido a la presión que sentía en el pecho que se combinaba con mis latidos llenos de ímpetu.

Ellos empezaron a hablar entre risas jubilosas, mientras yo maldecía a la profesora por estar sumida en las hojas que estaba leyendo en lugar de comenzar la clase, obligándome a encontrar algo que me mantuviese ocupada para evitar tener que interactuar con ellos. Por suerte, vi que tenía incompleto un trabajo de la clase anterior, entonces ese era mi único boleto para salir de esa incómoda situación. Le pedí a Karen la hoja y muy lento me puse a copiar, intentando soslayar la mirada de Johan, que por momentos se posaba en mí.

Una vez terminé de copiar quería morir, la señora seguía sumida en sus hojas. Quería que la tierra me tragase y escupiese en los brazos de Jungkook. Pero bueno, la realidad apesta y solo podía ignorarlos fijando mi mirada en cualquier parte del salón, sintiéndome incómoda y fuera de lugar, pues se sentía como ser el tercero en una cita de dos.

Cuando después de varios minutos, la profesora se dignó a dar la clase, llenó la pizarra de tarea. Johan fue el primero en terminar de copiar por lo que estaba sentado de costado, observando a su alrededor; entonces cuando yo levantaba la mirada para ver que pregunta seguía, mi mirada se cruzaba con la suya, pero lo cierto es que yo no lo miraba. Estaba intentando con todas las fuerzas centrarme en la pizarra pero no podía, me equivocaba todo el tiempo, incluso copié la pregunta cinco en la seis. Después de eso, trajeron unos libros. Pero como no habían muchos, debíamos trabajar de a dos. Y al principio, cuando recién nos habíamos cambiado a su salón, yo fantaseaba con que el destino nos uniese, así como en los k-dramas. Poniéndonos a trabajar juntos sin poder negarnos y finalmente terminar interactuando. Pero al final del día, sabía que eso solo era un sueño quimérico y que realmente esas cosas no iban a pasar, no en la vida real. Sin embargo, lo que sucedió a continuación si parece sacado de algún k-drama, película romántica e incluso es algo que esperarías en una historia de Wattpad.

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