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— Listo, eso serían ocho pesos, por favor —dije mientras recibía la cantidad de dinero requerida.—Tenga una bonita noche.

Solté un suspiro agotado mientras veía como la señora de cabellos blanquecinos se acercaba.

— ¡Vas mejorando con tus interacciones sociales! —dijo mientras me daba palmaditas en la espalda tratando de animarme.

— ¿Se nota tanto que no interactuó mucho con las personas? —mencione algo desanimado, el solo convivir con mi hermana me bastaba y con mis presas no entablaba conversaciones. Aunque a decir verdad ya estaba algo acostumbrado a trabajar detrás de caja, pero solo diciendo "Buenos días", el precio y "tenga un buen día".

– Pues... los diálogos que dices parecen tatuados en tu cabeza, aparte de que, se que tratas de decirlo de una manera amable, pero tu expresión sería da la sensación de que lo dices de una manera intimidante -replico aquella mujer. Ciertamente no podía sonreír  de manera natural y eso era un problema en un lugar con una aura "tierna", incluso los delantales que usábamos eran de colores pasteles.— Aún así no te preocupes, ya verás que la gente se acostumbra.

Eso también era verdad, pero si quería mantener el trabajo debía de encontrar aprender a sonreír de manera ingenua y no solo por el trabajo,también por atraer a posibles presas, que era mi segundo propósito en ese lugar.

— Eso no importa, tratare de dar lo mejor de mi —establecí  recibiendo una sonrisa de orgullo de parte de la señora.

— Así se dice Phel —mencionó la vastaya.—Sabes... me recuerdas mucho a mi hijo, así era de peque-

El sonido de la campana de la puerta sonó, interrumpiendo a la pequeña mujer,haciendo que ambos miraremos a la puerta en busca del cliente diciendo al unísono:

— ¡Bienvenido a Vastaya Charms! ¿Que busca el día de hoy?

Y justo cuando terminamos de decir aquella frase, caímos en cuenta que aquella persona venía enmascarada ¿Debía de preocuparme?

Voltee a mirar a la señora y también parecía petrificada, nerviosa y un olor brusco y oscuro se hizo presente en el pequeño local, claro, este olor solo lo podía sentir yo y era un muy mal augurio.

El silencio reinó en aquel pequeño lugar, despues de todo, tanto la señora como yo estábamos pendientes de los  movimientos de lo que, a primera vista, parecía ser un hombre.

Aquel hombre metió la mano en su saco y preparado para lo peor , corrí a ponerme en frente de la señora, pero aquel señor solo sacó un trapo fino y procedió a secarse parte de la mascara, al parecer afuera estaba lloviendo y nosotros no nos habíamos percatado de ello.

— Buenas noches, dama y caballero —saludó cordialmente el desconocido  segundos despues de que entrara al local, mirando con extrañeza aquel movimiento que había hecho, agarrando una charola y unas pinzas  para proceder a tomar varios panes.— ¿Como le va a su hijo en la univeridad  señora?

Mantenía mi mirada fija en aquel hombre ¿Por qué rayos había preguntado por el hijo de la vastaya? ¿Acaso intentaba extorsionarla? Su olor seguía presente y penetraba mis fosas nasales, no había comido en un día y eso me estaba matando del hambre.

— ¿Le conozco señor? —preguntó la señora asomándose aún extrañada, tomando una parte de mi mandil como si de una niña pequeña se tratase, lo que hizo que recordará que estaba trabajando, no de caza y por lo tanto no podía abalanzarme hacia el señor así por que si.

El hombre terminó de escoger su pan y miro extrañado a la mujer.

— ¿Khada Jhin?.... ¿Profesor de teatro de su hijo en la preparatoria? —dijo el hombre extrañado pasando sus cosas al mostrador, aún confundido  de que yo siguiera en frente de la mujer tratando de "Protegerla".

Incubus ~SettpheliosWhere stories live. Discover now