10: Let's talk

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—¿Estás seguro de lo que me estás diciendo?

—Por supuesto que sí.

Rindou tenía el ceño ligeramente fruncido ante las suposiciones de Baji, aunque dirigió sus ojos hacia la barra viendo como Souya y Chifuyu atendían a los hombres que se acercaban o le entregaban los tragos en bandejas a las muchachas que atendían las mesas. Ladeó un poco la cabeza antes de volver a ver al azabache.

—De todas formas, ¿de dónde conoces al algodón? —preguntó Baji.

—¿Algodón? —repitió Rindou, extrañado—. ¿Te refieres a mi uvita?

—¿Tu uvita? —se burló.

—Cállate —las mejillas de Rindou se ruborizaron—. Está bien...—suspiró—. Valhalla se metió con su hermano y con él, ¿recuerdas que dije que había visto a Hanma? Pues, ese día —se encogió de hombros—. Me lo encontré cerca del hospital y almorzamos juntos... y nos pasamos los números y...

—¡Con él es con quién te has estado escribiendo! —terminó Baji alzando las cejas—. Y no me digas que no, porque lo he notado, hasta en las reuniones que organiza Shinichiro.

—Bueno, sí —Rindou lo miro casi a la defensiva—. También lo he estado viendo de vez en cuando...

Baji lo miró impresionado. De todos los años que lo conocía, jamás había visto a Rindou de aquella forma: ruborizado, casi avergonzado y a la defensiva, mucho menos por un chico, incluso creía que el Haitani era heterosexual. Ladeó un poco la cabeza.

—¿Eres hetero con H de homosexual? —preguntó Baji, casi con inocencia.

—¿Cómo dices? —Rindou elevó las cejas.

—Ese algodón te gusta, ¿no es así? Y no quieres presentarlo a Ran porque solo te ha visto con chicas y no quieres averiguar cómo se tomará que su pequeño hermano de pronto cruzó la calle.

Rindou se quedó en silencio, viéndolo fijo y prefirió dar un sorbo a su vaso, lo que provocó que Baji entrecerrara los ojos.

—Por eso me trajiste a mí.

—No es tan así, Baji, es solo que... —Rindou carraspeó—. Bueno, ¿cómo es eso de qué no hayas comentado a nadie que ese rubio puede saber dónde está nuestro desaparecido? Considerando lo loco que anda Draken...

—Ese es mi motivo —se defendió Baji—. No quería darle esperanzas, no sé si escuché bien, quería averiguar un poco más antes de decir algo, pero luego volvió Tora y él me necesita...

—Vale, tu secreto está a salvo conmigo.

—Gracias, pero eso no hará que olvide lo de antes, Haitani.

Rindou hizo algo muy parecido a un puchero antes de terminar de beber su vaso, Baji sonrió burlón e hizo lo propio con su whisky. Solo después de que Remi, la camarera que los atendía por sugerencia de Souya, les volviera a llenar los vasos, Baji volvió a verlo con seriedad.

—Está bien, ¿sabes?

—¿Qué cosa? —preguntó Rindou, sinceramente perdido.

—Que te gusten los chicos —contestó Baji—. Necesitas escuchar eso, lo sé, lo entiendo, pase lo mismo cuando descubrí lo mío a los quince años. No es malo, no es raro y a tu edad, deberías tenerlo claro.

—Es solo que...—Rindou bebió un poco antes de continuar—. Pensaba que estas cosas uno lo descubre en la pubertad, no cuando estás más cerca de los 30 que de los 20... es decir, creía que solo serían chicas a estas alturas....

¦ Kisses with a taste of Death ¦Where stories live. Discover now