29. Двадцать Девять.

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Conseguí un día libre y le pedí a Víctor un reproductor de música portátil de los que también tienen opción de radio.

Pensé que él iba a darme lo que pedí pero es tan mentiroso y manipulador que me engañó.

Al día siguiente en la tarde me trajo el aparato...
Él entró al cuarto y me lo lanzó, enseguida lo apañé y le di las gracias.
El muy cínico todavía dijo "de nada".

Estuve feliz por un instante hasta que me di cuenta de lo estúpido que soy por creer en él.

Lo que recibí fue un reproductor sin audífonos y sin baterías.
No me sirve de nada...

Yulia se dió cuenta y se rió a carcajadas de mi, yo la ignoré... Sofía me explicó que si quería audifonos y baterías tendría que trabajar por eso.
Que cuando Viktor me ofrezca otro regalo lo pidiera... pero uno a la vez; porque él es así de maldito.

De veras que rabia tenía.
Me sentía como un idiota, pase mi día libre desconsolado, realmente esto es la definición de ser usado.
Que lamentable.
Estas cosas me hacen no querer conseguir otro regalo. Me dan ganas de devolver el reproductor y decirle que es un idiota.
Quién juega así con las ilusiones de alguien.
Ya no quiero cooperar...

Pero aunque piense así no lo haré.
Esas son solo mis fantasías porque mi falta de voluntad y miedo a ellos me vuelven un cobarde.
Igual en Rusia ya lo era... acá soy doblemente peor.

Al día siguiente me llevaron a ver otro cliente.
Fue tan turbio que mis planes de escapar se fueron por la alcantarilla...

Fuimos a un hotel, el Waldorf Astoria...
Esta vez iba vestido estilo "preppy" así lo describió Sofía. Ella dice que la mayoría de atuendos que usamos es tipo colegial, porque a los clientes les gusta vernos así.

El cliente de esta velada era nada más y nada menos que el mismísimo comisionado de Nueva York.
Para hacerlo más oscuro, tuvo el descaro de venir uniformado

Quedé impactado cuando lo vi.
Es como sentirse traicionado por el sistema.
Yo ya había imaginado mi escapatoria y mi primera parada era pedir ayuda a la policía.
Ya veo que no...

¿Quién rayos me va a ayudar si llego a escapar?
Ahora no sé qué haré.

Viktor, le explicó que no entiendo inglés y etc.
Él salió de la habitación enseguida y dijo que lo hiciera bien.

El policía se quitó el kepi y la correa, me le quedé mirando a la brillante y dorada insignia de 5 estrellas.
Todo lo que habrá logrado para llegar a ese rango y ser tan corrupto; que asco ensuciar así su uniforme.

Podría decir que no sé su etnia, solo puedo asumir que quizás es latino.
Sus manos son grandes y tiene una mirada muy intimidante. Aparte que es un hombre alto y atlético.

Parecía como el tipo de persona que no soporta nada. Se ve amargado y serio.
Me dan miedo sus ojos oscuros porque son muy severos.

Me hizo señas para que me desvistiera.
Mientras él se quitaba el uniforme, vi que llevaba un anillo de casado y collar de la cruz.
Seguro alguien así hasta tiene hijos.

No se ve viejo ni joven. Tiene un corte de cabello muy bajo y se ve pulcro.

Tomó un leve interés por el pequeño tatuaje que tengo en el brazo izquierdo "VW" se quedó mirando como tratando de leer.
Al menos ese tatuaje es muy pequeño, delgado y no llama la atención.
Continuando con la velada sexual... Sus manos estaban frías, acarició mi pecho y me exalté, me empujó en la cama y con una seña de manos me dió entender a que me diera la vuelta.

Me acosté boca abajo y él se acomodó detrás de mi, separó mis piernas y pasó su enorme polla entre mis nalgas. Hundí mi rostro en la suave almohada.
Me nalgueó, y gemí.
Creo que esa fue su forma de endurecerse para ponerse el preservativo.

El policía coge cómo se ve, RUDO; estuve atemorizado por su forma tosca de tratarme.

Me agarraba con fuerzas contra la cama y me penetraba hasta el fondo y sentía como si me perforaran allá adentro.

Él decía cosas mientras me lo hacía y por su tono de voz excitado y brusco parecía que me estaba insultando o humillándome con palabras.
Que sé yo...

Cuando ya estaba por venirse me hundió en la cama tomándome por los hombros y presionando con todas sus fuerzas.
Para mi era difícil mantener la respiración porque estaba muy agitado y como me estaba aplastando en la cama traté de respirar cada vez que podía.
Me lastimaba tanto que consideré en gritarle que se detuviera pero luego recordé su uniforme, recordé mi sitio.
Me lamió varias veces el cuello por detrás y también me dejó varios chupetes en el cuello.
DUELE DUELE DUELE DUELE DUELE.
Que sufrimiento ser violado así.

Se me salieron las lágrimas por el dolor de las penetradas. Sus movimientos eran muy rápidos y profundos por lo que se me hizo un calvario aguantar callado (estuve gimiendo por el dolor)
Creo que voy quedar mal después de esto.

Cuando se vino él jadeó muy alto y me soltó.

Pude respirar hasta llenarme los pulmones, Dios que alivio.
Me seque las lágrimas disimuladamente como si estuviera secándome el sudor de la cara.
Este hombre no tenía necesidad de tratarme así tan mal.
Esto fue horrendo.

Él se levantó de la cama así mismo desnudo y me tomó del brazo para llevarme al baño.
Prácticamente me jaló y abrió la regadera para que tomara un baño.
Al menos puso el agua tibia.

Él se quedó cepillándose los dientes, con las amenidades del hotel.

Salí rápido porque él me tronó los dedos varías veces. Cuando salí, me dio una toalla y mientras me quitaba el exceso de agua, puso el secador
para mi cabello.

Creo que como buen policía está eliminando las
pruebas de los fluidos corporales que dejó en mi.

Enseguida me vestí y esperé sentado en la cama a que Serge subiera a por mi.
(Mientras él se ponía el uniforme)
Me sentía vulnerable ahora que tenía ropa y mis funciones de darle placer se acabaron... a sus ojos ya no sirvo y siento que se quiere deshacer de mi.
Traté de no mirarlo porque tengo esa sensación de que me gritaría. Así que estuve mirando a la azulada alfombra del suelo. Estuve muy quieto sin moverme, juntando mis rodillas y manos.
Sentí eterna la espera.


Una vez en casa, Viktor tuvo que tratarme porque tuve un sangrado anal.
Él me regañó por sangrar... dijo que era mi culpa por no dilatarme lo suficiente como para aguantar una verga grande.
No dije nada a su regaño.
Él miedo que tuve por coger con un policía corrupto influyó en mi nerviosismo.
No pude relajarme.

Viktor dijo que no me iba a castigar porque el cliente me quiere volver a ver.
Sentí una revoltura de tripas cuando me informó sobre eso.
Quisiera no verlo nunca más.
Pero se volvió un cliente frecuente.

Valerian Where stories live. Discover now