Capítulo 7: La partida

277 30 3
                                    

—¿Podéis poner lo salado a la izquierda y lo dulce a la derecha? —pidió Márcia al servicio que ordenaba la comida de una de las carpas montadas. —Gracias de antemano. —

¿Y yo dónde voy? —preguntó una voz en portugués sobresaltándola, era su hermano Cormac.

Tú a las cuadras. —dijo con burla al recuperarse del sobresalto.

—Pensaba que estarías tirándote de los pelos enseñando a estos ingleses como funciona el Polo antes de que llegaran los invitados oficiales. —siguió hablando Márcia, esta vez en inglés.

—Sorprendentemente el Vizconde y Lord Huntingdon saben las reglas y han jugado en alguno de sus viajes, así que les he dejado al mando durante un momento. —explicó Cormac antes de acercarse a probar uno de los tentempiés dulces.

—Me encantaría decir que eres el primer Roseworth que estropea el plato de los pastelitos de crema pero João se ha llevado una bandeja a una de las habitaciones. —contestó Márcia.

—No esperaba menos de ese glotón. —farfulló Cormac con la boca llena.

—¿Quieres que lleven aperitivos a las caballerizas? Creo que vas a necesitar fuerzas para poder ganar. —dijo ella.

—Te recuerdo que yo soy igual de bueno que tú jugando. —dijo él tragando por fin.

—Creo que deberíamos preguntarle a padre, ¿no te parece? —se burló ella con seguridad.

—¿Y toda esta chachara? Te he dejado al cargo de la organización. —apareció su abuela.

—Creo que está todo bastante organizado, aunque podrías haber ayudado, tu conoces a la dama de llaves y al resto del servicio mejor que yo. —

—Necesitas aprender, vas a casarte en algún momento y esto va a formar parte de tu vida. —explicó su abuela.

Márcia podría quejarse, pero organizar fiestas era algo que disfrutaba. Podía elegir que flores poner, que comida, quién acudía... Todas esas elecciones y tarea que a muchos les parecía tediosa, ella la encontraba interesante. Quizás era lo único que le gustaba de ser una dama, a parte de las tardes de lectura y los paseos.

—Pues si no vas a ayudarme, ¿puedes avisar a la Sra Prune que pueden pasar los invitados? Necesito ir a arreglarme de nuevo. —dijo Márcia.

Antes de que su abuela se negara corrió hacia el interior del pequeño palacio. A pesar de vivir en la ciudad durante la temporada social, la partida de Polo había hecho que se reunieran en el palacio del Conde de Roseworth. Eso conllevaba subir, bajar y recorrer escaleras y pasillos innumerables para poder organizar con amplia visión.

Para Márcia no había sido difícil asumir que el gran edificio pertenecía a su familia, pues lo más fácil era adaptarse a vivir en comodidad. Lo único que echaba de menos era una voz femenina como la de su madre, que la apoyara de forma más cálida de como lo hacía su abuela, pues al fin y al cabo hasta hace nada eran desconocidas.

—Lady Roseworth, ¿desea algo? —se sorprendió una doncella mientras arreglaba la habitación de la joven.

—¿Jodie puedes sacarme el otro vestido? —

—¿El rojo? Creía que no le gustaba milady. —dijo Jodie.

—Y no me gusta, pero no paro de sudar y este ya no me gusta. —dijo Márcia mientras se desvestía sola.

—Espere, llamo a las otras doncellas para desvestirla. —dijo con ademán de irse.

—Jodie, saca el vestido, solo es poner una tela sobre un corsé, las dos podemos apañarnos. —la paró Márcia.

Acéptame | Bridgerton auWhere stories live. Discover now