Prólogo

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Septiembre, 2005.

Comía mientras miraba de mala manera a mamá, me había levantado antes de tiempo, quizá yo fui la que dormí tarde, pero eso no quita que yo aún quería seguir durmiendo.

Mamá me sonreía, pero formaba muecas por la tristeza que vivía.

Lo sabía, era demasiado lo que pasaba, noches atrás había escuchado una discusión, se había perdido unos anillos de papá, supuestamente caros, y obviamente le echaba la culpa a mamá.

Papá desapareció de casa hace una semana. Mamá me sonríe ante las monerías de Lara. A veces creó que somos más felices sin él, mamá sonreía más a menudo, Lara… Lara era Lara, haga lo que haga siempre sonreía, y yo dormía más tranquila por las noches.

Mamá sonríe antes de pedir que nos cambiemos para que podamos ir con la tía Janeth, sin rechistar lo hago.

En una de las paredes se encuentra una foto donde salimos papá, mamá y yo, al menos mi yo de cuando era pequeña.

Papá cambió con el tiempo, bueno una gran parte de él, es comprensivo, cariñoso, alegre, divertido, al menos cuando no estaba borracho, su mal carácter era lo que lo dañaba, no poder pensar que él puede ser una mejor persona, lo arruinaba.

Aún así mamá lo quería, quizá hasta lo amaba, me daba miedo que un día me pase lo mismo.

Amar demasiado y recibir tan poco.

Lara y yo siempre disfrutamos el tiempo con papá, porque demostraba que nos quería, que nos amaba, yo también lo hacía, en los momentos divertidos olvidaba lo malo y solo veía a un hombre que me llenaba de paz.

Observó las ojeras que luce mamá por lo cansada que está, nos acuesta en el mismo cuarto a Lara y a mí después de habernos dejado con su hermana toda la tarde, me cuesta conciliar el sueño pero lo consigo.

***

Estruendos me despiertan, parpadeó continuamente intentando entender lo que sucede. Tomó continúas respiraciones para calmar la sensación de ahogo que siento.

Me levantó y asomó la cabeza por la puerta, el crujido de un vidrio que resuena me espanta. Tengo miedo, me apartó bruscamente escuchando los gritos, y los escalofríos recorren mi cuerpo al escuchar un sollozo.

Sin hacer ningún tipo de ruido vuelvo a la cama que estaba compartiendo con Lara, que dormía plácidamente sin darse cuenta de lo que pasaba.

Parpadeó continuamente procurando que las lágrimas no salgan, en la oscuridad puedo ver cómo Lara sonríe, y sin poder contener más, las lágrimas caen.

Quizá en algún momento, todo mejore, y logremos ser esa bonita familia que alguna vez soñamos ser.

En un puño me aferró a las sábanas, deseando con todas mis fuerzas dormir para ya no escuchar, o por lo menos para ya no recordar.













Aquí les traigo el comienzo, espero y les guste, los emocioné o al menos los entristezca (aunque prefiero la felicidad, la verdad)

Les mandó un beso, y que tengan un bonito día.

Y ya saben: Si no me encuentran aquí, lo harán en otra historia.


Los secretos de Olivia [Libro N°2]Where stories live. Discover now