Antes de clases [Heavy x Oc]

Ventinove

—sei un idiota se pensi che ti lascerò giocare con Galleta dopo questo (eres un idiota si piensas que te dejare jugar con Galleta después de esto)— regaño el italiano con enojo mientras tomaba los mechones de cabello del pelirrojo entre sus dedos delgados.

El gorila de Gunter se aproximaba con rostro enojado y semi desconcertado después de tremendo golpe que le dio el metalero, era curioso como es que aún le quedaran neuronas para levantarse del frio suelo.

El pelirrojo sonrió juguetón mientras observaba como su contrincante se tambaleaba desde la banca de un parque —¿podríamos discutir esto después?—cuestiono algo suplicante al de mechones rosas.

Leafar observo al gorila mirarle con odio, mientras el sujeto los cabellos del ruso con una de sus manos para permitirse sacarle el dedo medio con la mano libre unos instantes para volver a su trabajo de quitarle de la cara al Heavy los cabellos que le estorbaran.

El moreno bufo, llevando sus dientes al elástico de la liga en su muñeca para estirarlo y sacarlo de su mano—diquitimis histi dipis— hablo molesto, atando los cabellos pelirrojos delanteros de la cabeza de Heavy en un medio chongo perfecto y con cuidado —ya vete, pero más vale que el que salga llorando sea él y no tu—

Una risita escapo de la boca del ruso, mientras se levantaba del asiento y con una sonrisa se giraba a ver al moreno  —te lo prometo— juro el chico de ojos verdes, antes de tomar por el cuello de la camisa negra al italiano y depositar un beso suave en su mejilla derecha.

Los labios del pelirrojo se alejaron antes de ver con otra pelea iniciaba entre el ruso de sus sueños y el imbécil que había osado en tratar de meterse con él.

...

—entonces me caí y me raspe la rodilla— conto la chica jugando con el dobladillo de su falda, mientras escuchaba la bonita risa del metalero de ojos verdes resonar en el fondo.

La chica era muy linda y simpática, Verónica era buena compañera en clases de literatura, ya que siempre se la pasaban bromeando de cualquier tontería que se le saliera de los labios recibiendo una que otra regañada del profesor y una mirada de advertencia del italiano.

Heavy le sonrió mientras apuntaba en su cuaderno lo que tenia frente al pizarrón  —eres muy inteligente, yo sinceramente me hubiera roto un pie si hacia lo mismo que tu a esa edad— respondió el metalero.

Ella suspiro mientras imitaba las acciones del pelirrojo, encogiéndose de hombros —la desesperación ayudo en su momento— 

—Bianco—llamo el profesora de literatura a su alumno extranjero, causando que este respondiera un "presente" lo suficientemente alto que no paso desapercibido por nadie en el salón—pase a responder la pregunta seis, por favor— pidió la señora pequeña y rechoncha señalando el pizarrón.

El moreno suspiro cansado, levantándose de su asiento y dando pasos pesados al frente del escritorio de la mujer. 

Heavy dejo de prestar atención a la conversación con la castaña, centrando toda su atención en su querido, muy querido amigo de mechas rosas.

Se perdió en su silueta y lo bonito que se veía con ese suéter negro con estampado de pentagrama, el como la ropa holgada y afelpada le hacia lucir su piel oliva en un tono encantador que muchas chicas y chicos rusos envidiaban.

Ser bronceado o moreno era complicado en un lugar como rusia, donde la gente era tan blanca que si les daba directo el sol en vez de broncearse se volvían rojos como un tomate por la exposición y el calor.