Katsuki recibe cartas en su casillero de parte de su acosador.
Al principio no le da importancia, pues cree ciegamente que se trata de un idiota tratando de jugarle una broma.
Pero llega a su límite cuando las cartas insinúan cosas que hacen confu...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Algunos meses pasaron, los suficientes para que pronto el "gran" día llegue, su graduación. Se iban a graduar y todo ese martirio terminaría.
Pero si había algo más importante que recalcar, era el extraño comportamiento del pecoso.
Tal y como la primera vez que Katsuki llegó con un hematoma en su rostro, la sorpresa de verlo llegar con una gran sonrisa y girasoles, fue indescriptible.
Si bien Izuku era detallista, solía serlo más en privado que en público. Por eso que le diera un ramo de lindos girasoles en frente de todos fue una muy, pero muy, grande sorpresa.
Y los detalles no cesaban.
Era como ver a un nuevo Izuku, uno... Demasiado preocupante. Katsuki pareció notarlo también, empezando a preocuparse y no disfrutando los lindos detalles.
Lejos de sentirse como regalos de amor, cariño o cualquier cosa similar, se sentían como regalos de perdón.
Era como si Izuku buscará remediarse, buscando perdón antes de... Algo. Un algo que no comprendía.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
— Oh... — sus ojos ven fijamente el brazalete de diamante y titanio. Se ve lindo y costoso, demasiado para él.
— Creo que resistirán tu don... Así podrás usarlo sin problemas.
Katsuki ríe bajo, tomando el brazalete y colocándoselo con cuidado. Su mirada se queda clavada en el accesorio, con una media sonrisa y ojos acuosos.
— ¿Porque los regalos? Me gustan... Pero... Se siente extraño — las lágrimas de nuevo amenazan con salir, dejando en evidencia su vulnerabilidad.
— Oh cariño, te los doy porque te amo...
El rubio niega rápidamente. — Mientes, me estás mintiendo — murmura retrocediendo hasta llegar a su cama y sentarse en esta.
— ¿A caso no puedo desear verte feliz? — desvía la mirada. — Aunque sea por un momento... — susurra.
De nuevo Katsuki niega bruscamente, terminando por llorar y salir de la habitación con su mente confundida e invadida de miles de pensamientos.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.