PARTE UNO.

303 21 3
                                    

Track: Demi Lovato - Confident

La mañana después de una fiesta era lo peor. Absoluta y malditamente lo peor.

Ni siquiera una victoria en el campo –una aplastante, más precisamente– podría amortiguar el malestar de demasiados shots, muy poco sueño, y el desastre sudoroso que le sucede a tu trasero cuando te desmayas en tus skinny jeans.

Todo tu cuerpo está destrozado por el juego. Cada músculo, cada tendón, cada pulgada cuadrada de carne magullada está hecha polvo. Agotas cada pedacito de energía que tienes para el juego, usas cada última célula del cerebro para ejecutar jugadas y mantenerte enfocado, pero lo empujas a través del agotamiento.

Te quedas despierto hasta muy tarde. Gritas por encima de la música que está muy alta por mucho tiempo. Las células del cerebro se reemplazan por espuma del grifo de un barril. Los espacios vacíos en tus músculos donde la energía potencial solía residir están llenos de adrenalina y la agitación del sexo. Alcohol. Poder. Orgullo. Alabanza.

Eres Kim Namjoon: receptor Superestrella para la Universidad de Texas en Amarillo, hogar de los Mighty Armadillos. Número 14. Hijo de John Bae 'JB' Kim, nieto de Emmett Kim, y futuro miembro de la legendaria dinastía futbolística de la familia Kim para los Dallas Cowboys. La alabanza es algo a lo que estás acostumbrado.

La única cosa que podría entumecer el horror de una fiesta post-juego sería una mamada mañanera. Eso apagaría el dolor lo suficiente para hacer que el día valiera algo. Un sándwich de huevo tampoco haría daño. Una mamada seguida de un sándwich con demasiada ketchup, sal y pimienta. Eso sería lo correcto, bien.

Los ojos de Namjoon se movieron bajo sus párpados cerrados. Sus sueños fueron inundados por el olor de la mantequilla y el queso americano que se derretía sobre una pila de huevos fritos chisporroteantes. Lamió sus labios secos y exhaló un soplo de aire amargo. El aliento volvió a él, su nariz arrugándose. Levantó su rostro e inhaló algo que olía fresco y se sentía sedoso contra su nariz.

El cálido cuerpo entre sus brazos se retorció con un silencioso jadeo, pequeños pies cavando entre sus tobillos. Namjoon apretó su brazo derecho alrededor de la persona, que tarareó tan suavemente y movió su cabeza hacia atrás como acariciándola. El movimiento profundizó su abrazo, la barbilla de Namjoon hundiéndose en el hueco de su cuello y sus cuerpos encajando juntos.

Estuvieron inmóviles y silenciosos por un largo momento. Sus respiraciones sincronizadas, sus pechos y espaldas expandiéndose y tocándose en cada inhalación y exhalación. La casa de fraternidad estaba tranquila, nadie subiendo y bajando por los pasillos en sus uniformes o haciendo batidos de proteínas en la cocina. Nadie teniendo sexo en la mesa de pool. Nadie gritando por una maratón de Madden en la sala de estar.

La curiosidad finalmente dominó a la somnolencia. Namjoon abrió sus ojos cafés y levantó su cabeza de la almohada. Parpadeó unas cuantas veces mientras arrastraba su mirada hacia arriba y hacia abajo.

Suave y desordenado cabello castaño. Mandíbula afilada. Pómulos altos. Pestañas ondulantes proyectando pequeñas sombras sobre húmeda piel. Clavículas delicadas.

Namjoon apretó el edredón fuera del pecho del extraño.

¿Huh?, él pensó con sus cejas fruncidas.

No era la primera vez que llevaba a un chico con una cara bonita a la cama, y probablemente no sería el último. Mientras que ninguno de dichos chicos se volviera demasiado apegado o hiciera un espectáculo público, la vida continuaría como lo usual. Los medios de comunicación deportivos estaban encantados con su política de igualdad de oportunidades, que no era absolutamente la norma, pero era uno de los muchos beneficios de ser un rico atleta estrella en la edad moderna.

Nammin [Universidad Americana AU]Where stories live. Discover now