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Katsuki corría con el pequeño en brazos, quien se removia y murmuraba cosas intendibles.
—Tonto niño, de seguro no sabe manejar su quirk.
Katsuki suspira preocupado, mientras Izuku lo seguía aunque más callado que de costumbre abrazando feroz a Shoto.
—Recovery girl, —Katsuki abrió la puerta de golpe, encontrándose con varios infantes y la enfermera. —le trajimos a otro paciente más.
La ancianita vio con preocupación al pequeño niño y otra niña pelirroja corrió hacia ellos.
—¡Kyoko! —la niña tenía una mirada de preocupación y miedo. —¿que le hicieron?
Pregunto a la defensiva encendiendo su cabello en un fuego azul.
—Wow tranquilizate mocosa, nosotros no hemos echo nada, —Katsuki acomodó al niño sobre una camilla desocupada mientras Recovery Girl lo examinaba. —Parece que activo su quirk.
La niña abrió los ojos entrando en pánico, si Kyoko dejaba de estar consciente el hechizo se romperá y todos la verán a ella y a él. Necesitaba buscar una salida o llevarse Kyoko de allí, pero rápido.
—¡Maldita sea, debe despertar!
Sachi se subió como pudo a la camilla y empezó a mover al peli blanco, quien sollozaba y sudaba a montones.
—Saquenla de aquí, por favor, —Chio pidió amable empujando a la infante fuera de la camilla. —¿es su alumna, no es así?
La ancianita habló hacia la joven docente quien al ver a la niña no la reconoció de ni uno de sus grupos a cargo. La niña la vio con una cara de súplica que por favor no dijera nada.
—Por favor... —Sachi murmuró juntando sus manitas.
La docente apretó los labios y negó suavemente. —No viene con nosotros.
Y eso enfureció a Sachi.
—¡Su mente está fracturada, su quirk es muy fuerte para él! —Sachi se levantó del suelo donde había sido empujada por Chio y apretó su pequeñas manos. —¡por favor ayudenlo!
Pidió con la mirada furiosa y con preocupación, mientras unos guardias entraban a la enfermería.
—Ella no es de nuestro colegio, por favor busquen a sus padres. —la docente pidió de forma amable viendo a la niña con pena. —ayudenla.
Los guardias acataron las órdenes y sujetarán a la niña quien no hizo nada para librarse, necesitaba parecer alguien normal y luego huir de allí.
—Por favor, ayudenlo. —suplico por última vez viendo a la joven pareja.
Los cuales de por si ya se encontraban preocupados por la mirada de la niña y el echo de que esos niños pudieron colarse así de fácil a la U.A.
—Bien, pueden retirarse, yo me encargaré del niño. —Chio empujó a la pareja fuera de allí.
