Wei Wuxian es el enérgico y travieso dios de la primavera y la naturaleza. Lan Wangji es el frío y severo dios del inframundo y rey de los muertos. ¿Qué ocurrirá cuando Lan Wangji secuestre repentinamente a Wei Wuxian? ¿Se harán pedazos el uno al ot...
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Wei Wuxian y los diez discípulos se fueron temprano por la mañana, para desgracia de Wei Wuxian. Había dejado el Muelle del Loto quejándose de tener que levantarse tan temprano, pero Jiang Cheng se limitó a ignorarlo. El grupo se marchó con sus espadas, en lugar de teletransportarse, ya que su repentina aparición podría hacer que lo que estuviera causando problemas saliera disparado. Después de una hora y media, el grupo aterrizó en un claro bastante grande. Wei Wuxian miró a su alrededor.
"¿Están seguros de que este es el lugar?" Todos los miembros del grupo respondieron con un sordo "sí". Wei Wuxian suspiró. "Muy bien, sepárense en pares. Explorad toda la zona y avisadme si encontráis algo sospechoso. Y tengan mucho cuidado. No sabemos a qué nos enfrentamos". Todos asintieron y salieron a patrullar la zona. Wei Wuxian pensó por un momento. Puso la mano en el suelo, preguntando a las plantas si había ocurrido algo fuera de lo normal recientemente. Su respuesta le dejó perplejo. Todas las plantas respondieron con un "no", pero esas respuestas parecían forzadas.
Normalmente, como dios de la vegetación, cuando se trataba de comunicarse con la naturaleza, todas las plantas eran muy directas y honestas con él. De hecho, les entusiasmaba hablar con él. Esto significaba que podía estar atascado hablando con un montón de hierbas durante horas, lo que hacía que la gente se fuera al otro lado del camino o directamente se diera la vuelta para evitarlo. No era culpa suya, las plantas tenían muchas cosas interesantes que decirle, ¡eso es todo! Además, eran mucho más amigables que muchos de los dioses y mortales.
Wei Wuxian acababa de levantarse cuando algo en el suelo le llamó la atención. Se agachó para recogerlo y lo examinó. Era una cinta de seda blanca y pura, blanca como la nieve, del ancho de un dedo. En ella, había pequeñas nubes de color azul pálido bordadas en la parte superior de la cinta. El azul era tan claro que Wei Wuxian pensó inicialmente que eran blancas, como la cinta.
Quienquiera que fuera la cinta debía ser de una familia noble muy rica, dada la calidad del material y el fino bordado. Se lo llevaría de vuelta, ya que tal vez podría contener una clave o un detalle importante sobre qué o quiénes estaban buscando.
"¡Wei Wuxian!" Se giró para ver a los diez discípulos que se dirigían hacia él. "¿Alguno de ustedes encontró algo?" Todo lo que obtuvo fueron cabezas temblorosas. "¿Y tú? ¿Las plantas saben algo?" Wei Wuxian respondió con un solemne "no"."Wei Wuxian, ¿qué tienes en la mano?" Wei Wuxian levantó la cinta para mostrarla a todos. "He encontrado esto en el suelo cerca de mí. Lo llevaré para que lo examinen. Puede contener alguna pista importante. Muy bien, es hora de volver. Será mejor que nos pongamos en marcha, rápido. Parece que se avecina una tormenta". Miró hacia arriba y vio que se acumulaban nubes oscuras, y sintió que el viento empezaba a levantarse un poco. Todos asintieron y sacaron sus espadas para montarlas.
Justo cuando empezó a caminar para unirse al grupo, vio algo que no había notado antes. Era un pequeño agujero en el suelo, demasiado pequeño para ser perceptible al principio. Pero como dios de la vegetación, las plantas le habrían alertado de ello. Se agachó para examinar el hoyo. Algo era realmente extraño en este hoyo. Podía sentirlo en sus entrañas.
