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— Ponte cómoda cariño, te contaré la historia de Yuri...

— Está bien.

— Hace... Algún par de años, conocí a tu madre, arranquemos por allí, éramos muy amigas, la defendía de todos, quería estar para ella y protegerla, sin importar que pasará conmigo ni quienes me arruinaran, las personas intentaban de todo para separarnos, incluso usaron las cuestiones de edad para ello, algo que no era muy eficiente porque una cosa, eran dos años, otra muy diferente serían unos cinco o diez años de diferencia.
Todo marchaba bien, parecía estar tomando forma nuestra relación, las pocas veces que tuvimos intimidad durante ese tiempo, con el pasar de los meses, tu madre quedó embarazada, cosa que me tomo muy por sorpresa, estaba feliz, no te lo negaré, sería madre de un niño o niña muy hermoso. Un día llegué de trabajar, y recibí un mensaje extraño, exactamente de Yuri, lo siguiente que se, es que Nayeon no estaba, llore ese día, busque por todas partes rastros de ella, pero no encontraba nada, intenté dar con su paradero tanto, que lo logré, pero no me imaginaba las torturas que había sufrido para ese entonces, cuando la tenía en mis brazos, estaba llena de heridas, tenía el abdomen lleno de moretones, y sentí que mí corazón se había roto, pensé que había perdido a mí bebé para siempre.
Fue un milagro que eso no haya pasado, estabas bien, más bien dicho, los dos estaban bien, ya que estaba embarazada de dos niños muy bellos. El tiempo pasó, fueron creciendo y pensamos que todo había terminado, pero no, resulta que ahora volvió.

— Entonces... Los sueños que tengo donde alguien me grita que debí haber muerto con una patada... Son protagonizados por ella.

— Posiblemente, la verdad, no sé cómo llegó a pasar todo esto, lo único que se, es que debe tener cómplices, ten cuidado, hasta el ser más bueno del mundo, puede ser su aliado, y en cualquier momento puede apuñalarte por la espalda.

En ese momento, Moonbyul pensó en Solar, recordó exactamente el día donde la encontró con esa jeringa en la mano, con un líquido extraño, y le pregunto que haría si la envenenaba.

— Madre...¿Que pasa si esa persona es Solar? Ella es... Mí mejor amiga.

— Lo lamento mucho hija, pero tendrás que entender, que ella podría ser latentemente peligrosa para tí, ten cuidado, no te diré que te alejes, se lo mucho que te gusta y quieres algo con ella, solo sé precavida, jamás vayas a su casa ni jamás te acerques demasiado a Yuri.

Sus palabras eran tranquilizantes, al menos no tendría que alejarse de Solar.

— ¿Cuánto tiempo tendré que estar aquí madre?

— Una semana, es mucho, lo sé, pero estabas en riesgo de muerte querida mía, no podemos arriesgarnos más, tu hermano fue a estudiar al extranjero y... Tenemos miedo de que a tí te pase algo y el no pueda con eso, te ama mucho, siempre lo hizo, lo protejiste de tantas cosas.

Es verdad, no puedo con mí hermanito, es uno de los pilares de mí vida, pero está bien, tendré que quedarme esperando aquí, no me preocupa mucho el colegio, el próximo domingo saldré de aquí.

Mientras tanto con Solar.

— ¿Que estás esperando? ¿Por qué aún no has acabado con ella? — Preguntó.

— ¿Eres tan pesada siempre? Ya te dije, no puedo hacer eso, tu podrás quererlo mucho, pero yo no, es mí vida y tu no la manejas

— ¿Te has puesto rebelde hija? ¿Quien te enseño esos modales? Porque tu madre nunca lo ha hecho.

Solar solo la ignoró, quería estar tranquila, empezar a pasar tiempo con su nuevo novio, sinceramente era divertido ir con un chico nuevo cada vez que se le antojaba, tenía una gran figura y personalidad para cada hombre que se cruzaba en su camino.
¿Quien no la amaría así? Era perfecta.

Pero no... Su corazón estaba encerrado, gritándole que parara de hacer esas estupideces

...

Muchas horas, minutos y segundos, no paraba de pensar en el paradero de su amiga. Había desaparecido de la nada, como si se hubiera esfumado en el aire, no podía comprenderlo, ¿Que había pasado luego de ese día al darle su nueva noticia?
Los pensamientos que iban y venían la atormentaban, estaba pérdida, Solar no entendía que estaba sucediendo en el instante.

— Señorita, por favor preste atención. — El viejo canoso de literatura otra vez. — Ya es la quinta vez esta semana que tengo que repetirle lo mismo.

— Lo lamento. — Hizo una mueca y giró la cabeza.

— Uh, ya que usted es tan cercana a Moonbyul, ¿Por qué no ha venido a clases? Es excelente alumna aquí.

— No tengo idea profesor. — Quería llorar. — No sé nada de ella desde el sábado.

El profesor ignoró lo último y siguió con su clase, al tocar el receso, Solar fue en busca del consuelo de Yuta, lo cual fue en vano, era un hombre serio que no demostraba sus emociones, que se la pasaba admirandose a si mismo y no a los demás. ¿Cómo terminó con ese tipo?

— Yuta, ¿Podrías hacer algo mejor que estar con el bendito celular? — Su tono demostraba enojo.

— Ah, lo lamento cariño, estaba haciendo algunas cosas.

— Si, mensajeandote con tus demás zorras.

— Paranoica.

— Negro carbonero.

Yuta giró los ojos, pero al hacerlo Solar ya no estaba, no podía creer la forma en la que lo había insultado. Que novia tan extraña.

No importaban que clases tuvieran después, solo importaba una cosa, si, ella, necesitaba buscarla. El dolor era inmenso y una catarata de sentimientos la rodeaban.

Salió corriendo del instituto, los ojos cristalizados e inchados de tanto llorar, ya no sabía hacía donde mirar, era horrible, sentimientos encontrados, pensamientos intrusivos, emociones disparatadas, todos los factores necesarios  para quebrarla, en busca de alguien que desapareció poco más de una semana del mismo lugar, si, de su lado, de dónde ella pensó que jamás desaparecería.

¿Donde estas pequeña Moonbyul? Por favor regresa linda.... Solar te extraña.

El eco de sus pensamientos quedó grabado en esa calle, sus piernas ya no soportaban, se sentó en una banca sin saber hacia donde ir.

De la nada, una voz familiar la llamo por su nombre, al voltear, su sangre se heló, no podía creer lo que estaba viendo...

To be continued

|•/Teacher's Pet 2\•| (Moonsun)Where stories live. Discover now