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"𝓢𝓲 𝓽𝓪𝓷 𝓼𝓸𝓵𝓸... 𝓱𝓾𝓫𝓲𝓮𝓻𝓪 𝓹𝓸𝓭𝓲𝓭𝓸 𝓼𝓪𝓵𝓿𝓪𝓻𝓽𝓮."

-Mei Mei, debes quedarte aquí yo regresaré pronto¿de acuerdo?- pronunciaba su hermano mayor con su habitual expresión seria mientras tomaba sus objetos para sus prácticas de cultivo.

-Si Ge.- respondía obediente para obtener como recompensa unas palmadas en la cabeza.

Shi Wudu solo le dedico una sonrisa fugaz y salió de la pequeña casa que servía de escondite para su hermana o mejor dicho hermano.

Como era costumbre Shi Mei se ocupaba de las labores del hogar cualquiera pensaría que sería una esposa perfecta sin saber su mayor secreto, en realidad es hombre.

Cómo siempre barría la casa, acomodaba cada cosa en su lugar, limpiaba todo con agua del río y al final de todos sus deberes preparaba de comer, ya empezaba a oscurecer un poco y esto la preocupó, la mesa hace ya tres barras de incienso estaba puesta y Ge aún no llegaba.

Se estaba debatiendo seriamente si ir a buscarlo o seguir esperando hasta que escucha pisadas en el césped afuera de la pequeña casa, se detienen justo frente a la puerta y tocan tres veces está.

Sabe que no es su hermano, el siempre entra como si nada.

Shi Mei se asusta ante esto ya que ya no tiene muchos recuerdos de cuando convivio con personas y todo por qué su hermano la alejaba de todos protegiéndola o más bien escondiendola.

La puerta vuelve a ser tocada con más intensidad tres veces, deja pasar solo un momento hasta que está se abre.

Mei Mei toma su escoba y se aferra a ella esperando cualquier cosa pero solo dos tipos de asoman con cuidado por la puerta revisando con la vista el entorno.

Los dos sujetos encapuchados revisaron todo el interior hasta toparse con la pequeña Shi Mei.

-Disculpe la intromisión jovencita, ¿se encuentran sus padres?- pregunta el primero que se había asomado.

Ella niega con la cabeza.

-¿Se encontrará algún mayor?- pregunta un poco intrigado.

Vuelve a negar con la cabeza todavía aferrada a la escoba, ¿Qué quieren estos tipos?

-Ya veo, hemos estado viajando desde hace mucho, ¿podríamos molestarte con comida y algo de beber por favor?-

Paso solo un momento hasta que el sonido de un estómago hambriento rompió el silencio venía del segundo hombre que se avergonzó un poco.

Mei Mei se permitió bajar la guardia y se dirigió a la mesa para invitarlos a sentarse a lo cual acceden tranquilamente, Mei Mei saca los tazones y palillos y empieza a preparar todo para sus invitados.

-¿No es demasiado pequeña para estar sola en medio de la nada?-

-No está sola.- dice el pelinegro se ojos ámbar oscuro señalando un segundo cuarto cerca del comedor donde estaban.

-No debería dejarla sola de ese modo.- frunce el ceño ante tales acciones del hermano con su hermana menor.

-Tienes un corazón muy amable He Xuan, o es que solo piensas en tu familia.-

-Tal vez... hace mucho que no los veo.- dice con la vista perdida, se nota la nostalgia en sus expresión.

-Tal vez ya estaríamos allá si no fuera por ese apetito tuyo, te lo había dicho antes en esta formación no podemos retrasarnos por cosas mortales.-

Frunce el ceño ante el regaño-Perdona Shifu, me esforzaré más.-

-Bueno... Aún que hace mucho tiempo no comía esto.- dice mirando la sopa de pollo y verduras y el tazón de arroz.

𝓐𝓺𝓾𝓮𝓵𝓵𝓸𝓼 𝓭𝓲𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓹𝓪𝓵𝓪𝓫𝓻𝓪𝓼 𝓿𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼.Where stories live. Discover now