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"𝓣𝓪𝓷 𝓬𝓮𝓻𝓬𝓪 𝔂 𝓪𝓱𝓸𝓻𝓪 𝓽𝓪𝓷 𝓵𝓮𝓳𝓸𝓼 𝓭𝓮 𝓽𝓲, 𝓹𝓮𝓻𝓭𝓸𝓷𝓪𝓶𝓮"


Un año después...

Otra vez estaba ahí, encerrado en un calabozo húmedo mientras que sus extremidades estaban sangrando por las cadenas fuertemente apretadas a su delicada piel por los múltiples intentos de escape anteriores.

El Reverendo de Palabras Vacías acostumbraba atormentarlo y torturarlo para después dejarlo inmóvil y privado de compañía alguna durante lo que el llegaba a calcular nueve meses.

Con esto quería crear una dependencia hacia el para que Qingxuan solo dependiera física y psicológicamente de él y tristemente lo estaba consiguiendo.

Ya había pasado bastante tiempo desde que lo había abandonado y todo era tan horrendo era muchísimo peor que el método de Ge, cómo acostumbraba algunas ocasiones anteriores con sus dedos desgastados intentaba zafarse de las cadenas antes le tomaba siete días ahora solo le llevaba tres pero eso era que sus muñecas se estaban quebrando y dislocandose por lo que facilitaba la tarea hoy era el tercer día que le llevaba zafarse y lo logro, las cadenas de sus piernas y pues eran lo suficientemente largas para permitirle arrastrarse hasta la reja que llevaba al exterior pero no podía avanzar más por los barrotes.

Cuando llegó hasta pegarse a ellos extendió su brazo para que su mano se bañara con la luz de la luna, era su único consuelo... saber que su hermano podría estar viendo la luna como el, saco el rostro entre los barrotes para aspirar el viento fresco que hasta el momento siempre había sido su acompañante desde su cautiverio.

Casi se queda dormido por la mínima tranquilidad que sentía hasta que escucha ruidos macabros desde el exterior...

Ya llegó.

Se arrastra lo más rápido que puede hasta quedar en el lugar donde el Reverendo siempre lo deja, trata de atar las cadenas como antes pero sus extremidades ya no le funcionan tan bien como antes así que solo las enreda entre sus brazos similar a como las tenía antes.

Escucha pasos aproximarse, puede distinguir que está emocionado, menos mal... no tendría que soportarlo histérico.

-¡¡¡Qingxuan, mi amor he llegado!!!-

No tiene porqué responder cuando está de buen humor, cuando está así le perdona algunas cosas como el hecho de que las cadenas están flojas.

-Estuve viajando mucho y es un poco difícil hacer mi trabajo sobre todo con los inútiles que trabajan para mí y ni hablar de los oficiales celestiales.-

Oficiales celestiales, lo había escuchado antes siempre temía cuando hacían enojar al Reverendo lo que terminaba desquitandose con el pero lo llenaba de alivio saber que alguien le diera dolor de cabeza.

Pero algo lo preocupaba, si los oficiales lo estaban perturbando... ¿por qué estaba de buen humor?

-Pero que desconsiderado soy, sin preocuparme por ti. -

-¿Me extrañaste? ¿Lloraste por mi? ¿Soñabas conmigo?-

-...-

-¿Qué es esa manera de dirigirte a tu amo? Ven aquí.- palmeó su regazo y Qingxuan obedientemente se acerca lentamente arrastrándose hasta quedar en frente de este esperando ser toda la cercanía necesaria por qué no quiere acercarse más.

-Tus cadenas están flojas, ¿lo intentaste otra vez?-

-N..no.-

-De seguro ya no las ajustó lo suficiente, pero te has portado muy bien últimamente así que podemos omitir esto, además estoy impaciente.-

𝓐𝓺𝓾𝓮𝓵𝓵𝓸𝓼 𝓭𝓲𝓪𝓼 𝓭𝓮 𝓹𝓪𝓵𝓪𝓫𝓻𝓪𝓼 𝓿𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora