~ 𝐸𝑠𝑡𝑜𝑐𝑜𝑙𝑚𝑜 ~ ʰʸᵘⁿˡⁱˣ [✔]

𝟏𝟐 |『ʟɪʙʀᴏs』

[Felix]

La puerta se abre y el ruido de esta al hacerlo resuena en mi oído.

Me doy media vuelta en mi lugar y me encuentro con Hyunjin, quién aparece con una sonrisa pícara en su rostro tal como si estuviera recordando o como si hubiese hecho algo gracioso. Sonrío de la misma manera y veo con claridad como se acerca hacia mi, rodeando con sus brazos mi cintura una vez que se encuentra completamente frente a mi cuerpo. Sus labios se unen con los míos y nos besamos con total ferocidad, sintiendo que me derrito ante su pelea de tomar el control del beso, una pelea que obviamente gana y siempre lo hará.

Sostengo el libro en mis manos y no quiero dejarlo caer ni aún cuando Hyunjin me esté devorando la boca, porque despues de mucho tiempo, he soñando con tenerlo en mis manos y ahora se está cumpliendo.

Para darle un contexto, esta mañana cuando desperté, seguí conociendo mas partes de la mansion (claramente con los pasos de los oficiales detras de mis talones porque tienen la obligación de cuidarme) y me encontré con un cuarto lleno de libros. Una biblioteca gigante que no pensé que habria en esta mansion, me sorprendió por completo, ni siquiera dejé pasar un segundo mas cuando entré en este cuarto y desde entonces, no he salido de aqui. Sin mencionar que ahora mismo ya debe ser el mediodía y yo sigo aqui desde la mañana.

Claro, Hyunjin apareció poco tiempo despues de que encontré este cuarto y me explicó un poco el contexto de la creación de esta biblioteca, es asi que me enteré que le encanta leer y es uno de sus pasatiempos favoritos, pero no mejor que su pasatiempo matando personas, claro. Me explicó que mayormente le gusta leer si se trata de acción o de terror, debido a que tiene un serio problema con las historias románticas, aunque las lea, dice que el amor que expresan en aquellos libros no existe, solo son cuentos de hadas mostrando un final feliz que jamás pasaría en la vida real y claramente odia esos tramas, solo hacen ilusionar a la persona que lo está leyendo con un "espero que esto me pase y me enamore de un hombre/mujer así". No, para Hyunjin, eso jamas pasaría porque al final del día, las personas en la vida real son horribles, siempre terminan engañandote porque se aburren de ti y encuentran a alguien mejor, dejándote atrás en el olvido. Siempre es la misma historia.

Palabras dichas por él mismo, pero entonces... ¿Nuestra historia tendrá un final feliz?

—¿Donde fuiste?—pregunto finalmente y dirijo mi mano hacia uno de los mechones que estaba sobre la frente de mi novio.

Y es que luego de que me haya contado todo aquello sobre los libros, anunció que se haría (de nuevo) con los oficiales a una conversación importante. Es por eso que ahora está de regreso junto a mi.

—Fuimos a resolver algunas cosas, pero los oficiales estuvieron conmigo, así que tranquilo—sus labios se dirigen hacia mi pequeña nariz y deja un beso—¿que lees?—levanto el libro en mi mano, y muestro una portada de dos jóvenes hombres mirando hacia el cielo con un fondo azul, demasiado bonito.

Incluso mis ojos brillan al hacerle ver el grandioso y valioso libro que sostiene mi mano.

—Call me by your name—sonrío al recordar la primera vez que ví esta película en mi departamento—siempre quise tener el libro en físico, pero el dinero que ganaba en mi trabajo solo me alcanzaba para pagar mi comida y el departamento, así que nunca lo pude comprar.

—Quien lo diría... Ahora eres dueño de todo esto.

Sus palabras salen tan confiadas que logran confundirme.

—Deja de bromear con eso, Hyunjin—doy un pequeño golpe en su pecho—¿viste la pelicula?

—Oh si, la trama es horrible—se aleja de mi y se dirige hacia el sillón que esta en la esquina a la derecha, sentándose encima de este con sus piernas cruzadas—digo, ¿como puedes enamorarte del alumno de tu padre sabiendo que al final de sus clases tiene que volver a su país natal, y que para completar, luego de que se haya ido te llame diciendo que se casará con una mujer y tu quedes como un tonto llorando en frente de una chimenea ignorando todo a tu aldedror?—habla tan rápido que suelta suspiros de cansancio—Oliver lo dejó para casarse con otra persona.