Capítulo 10

628 64 19
                                    

«¿Por qué una persona como él llegaría a gustarme? Más allá de todo lo que las personas supongan, él jamás llegaría a llamar mi atención. Es mala persona, egoísta y el trato que da es horrible; tengo una lista de cosas que mi chico ideal debe cumplir y él no cumple ningún requisito».

—¡Lupe! ¡¿Vas a ir a la casa de tu amigo?!

Respiro hondo y cierro la laptop, mi celular está al otro extremo de la cama así que me estiro para poder agarrarlo. La pereza que manejo es increíble; no hay ningún mensaje, así que no sé si ir. Se supone que Dylan y yo teníamos que encontrarnos hoy para adelantar el proyecto, como las vacaciones de invierno empiezan en algunos días queremos adelantar un poco. Le escribí hace algunas horas para confirmar, pero no respondió.

—¡No sé!— grito de regreso, es común en casa que mamá y yo nos gritemos, hay ocasiones en las que ella me escribe mensajes de textos para que vaya a verla. Papá se queja porque dice que la tecnología nos está alejando, pero yo creo que la tecnología nos facilita la vida. Esa es su función, ¿no?

—¡Decídete! ¡Saldré dentro de algunos minutos!

—¡Está bien!

Rasco mi nariz y lo reflexiono, no quiero ir y que resulte que él no está en su casa, tampoco es como si me importase mucho el proyecto, si voy es solo para verlo, pero al mismo tiempo no quiero quedarme aquí, es bastante aburrido. Así que a mí parecer, es mejor arriesgarse, ¿quién sabe? Tal vez esté en su casa y pasamos una bonita tarde juntos. Me levanto y camino hasta el guardarropa, tengo mucha ropa y no es porque yo lo haya querido así, es mamá quién me compra todo el tiempo, dice ella que si por mí fuera compraría libros todos los días y no es algo que pienso negar.

Opto por un jean y una manga larga negra junto con una gabardina, mis zapatos y hago una trenza floja en mi cabello. Guardo todo lo que necesito en la mochila y luego de apagar las luces bajo a la sala básicamente corriendo. Mamá está caminando hacia la puerta.

—¡Espera! ¡Sí voy!

Abre y se hace a un lado dejándome salir, el frío viento me eriza el cuerpo entero, creo que voy a pasar frío.

—Supuse que no vendrías.

—Estuve por no hacerlo.

—¿Por qué cambiaste de parecer?— entro al auto y espero a que ella haga lo mismo para responder.

—Porque quería verlo.

—Tus ganas de verlo es más fuerte que la pereza — murmura y asiento mientras el auto empieza a moverse.

—No lo negaré.

—¿Cómo van las cosas entre ustedes?

—Bien diría yo, pero no sé. Hay ocasiones en la que pienso que realmente llegaremos a algo, pero hay días en los que simplemente quiero rendirme porque parece difícil de entender.

—Es un hombre, ¿qué esperabas?

—La verdad es que no lo sé.

—¿Estuviste con él el día de tu cumpleaños? Tobías sigue molesto.

Sí, bueno, resulta que dejé plantado a mi hermano, en mi defensa, Dylan me distrajo demasiado bien. Nos la pasamos leyendo por horas y puede que nos hayamos besado mucho. Me emociona que esté devolviéndome los besos.

—Él tiene que entenderme, estaba con el chico de mis sueños.

—Es celoso solamente, entenderá tarde o temprano.

—Tiene que hacerlo, no quiero que incomode a Dylan cuando lo lleve a cenar casa como mi novio oficial.

Suelta una fuerte carcajada que no me causa risa en lo absoluto. Me ofende inclusive.

Dulce Corazón Où les histoires vivent. Découvrez maintenant