Epílogo

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Dylan

Observo el correo sin poder creerlo todavía. Esto puede ser una muy buena noticia o tendremos que decirnos adiós y no solo porque irá a otra ciudad a estudiar. Levanto la vista y ella tiene la mirada fija en Dulce.

—¿Vas a ir?

—No.

Respiro hondo y apago la laptop, esta es una gran oportunidad para ella. Sé la razón por la que no quiere ir y se siente bien para mí. De alguna manera siento que interfiero en su futuro, que la distraigo.

—Lu, esto sería genial para ti. ¿A esa universidad no va acaso Jeremy? Tendrás un amigo asegurado.

—No quiero, eso quiere decir que vamos a terminar.

—No necesariamente. Podemos tener una relación a distancia.

—¿Para terminar como Jerllie? No gracias.

—El que ellos le hayan puesto fin a su relación no quiere decir que nosotros también.

—Es que... No estoy lista para ir tan lejos de casa.

Dulce muerde su dedo y respirando hondo la dejo en el suelo, ella corre fuera de la habitación. Lupe abraza sus piernas y me muevo para poder abrazarla.

—¿Qué quieres?

—Quiero quedarme aquí, contigo, mis padres y mis amigas. A ti te aceptaron en la universidad, así que estás asegurado. Yo envié también mi solicitud a otra universidad, estoy a la espera de una respuesta.

—¿Y si no te aceptan?

—No me queda de otra que ir a esta.

No puedo ir en contra de su voluntad, ¹Golden City es mejor opción, pero no le servirá de nada estar allá sola, sin saber absolutamente nada de la vida, sería peligroso para su salud mental, puede que también para su salud física. Puede salir todo demasiado bien o de resultado ser un verdadero desastre. La vida es muy difícil, tuve la oportunidad de saberlo a temprana edad y sé también que Lupe no está preparada.

—Si eso pasa—empieza—. Creo yo que tenemos que terminar.

Siento un pinchazo en mi pecho, pero sé que tiene razón y que es lo mejor. Somos demasiado jóvenes para mantener una relación a distancia lo más sana posible.

—Está bien Lu.

—Crecer no es divertido.

Para mí crecer fue lo mejor que pudo pasarme. Ver a mi hermana siendo básicamente explotada por mi tía y no poder hacer nada fue horrible, llorar durante toda mi niñez por la muerte de mis padres y mis cicatrices no lo disfruté.

Un año entero pasó demasiado rápido, en un abrir y cerrar de ojos estamos a la espera de un correo. De ese correo dependen muchas cosas.

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—Al final el protagonista se murió—mis manos suben por sus muslos y descienden hasta sus rodillas. Atento escucho como relata la escena del libro que acaba de terminar, es placentero escucharla hablar al respecto; sus ojos brillan y pareciera que es una de las mejores cosas que le pasó en la vida. Ama hablar sobre los libros y yo amo escucharla—. Fue doloroso, lloré muchísimo. Yo no sería capaz de asesinar a un personaje.

—Yo creo que sí serías capaz.

No lo niega y solo me muestra una sonrisa que pretende ser inocente. Así, como está sentada ahora, a horcajadas sobre mí a contra luz del sol, se ve preciosa.

—Bueno, puede que sí.

—Hablando de muertes y esas cosas, ¿respondió alguna editorial respecto a tu libro?

Dulce Corazón Where stories live. Discover now