Capítulo 11

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KAIA

-¡Suelta mi maquillaje Jesicca!-le grito a mi hermana mayor que sale corriendo como toda una ladrona profesional de maquillaje.

-¡Mamá! ¡Jesicca se robó mi maquillaje de nuevo!-grito desde la puerta de mi habitación

-Jesicca hija, deja de molestar a tu hermana, le van a salir canas si sigues haciéndola renegar así.-dice mi madre saliendo de la cocina llegando hacia nosotras.

Jesicca mi hermana mayor, tiene 20 años, ella estudia derecho en una Universidad Privada, además de que trabaja en una tienda de comida medio tiempo.

-Voy, voy, no renieguen.-dice mi hermana mirándome con una mueca mientras me devuelve mi bolsita de maquillaje

-La pondré bajo llave, la delincuencia esta terrible en esta casa.-digo saliendo dignamente hacia mi habitación.

Mi celular vibra cuando llega una notificación, rápidamente lo tomo y deslizo la pantalla viendo que el mensaje es de Eduardo.

Chillo de emoción haciendo que mi hermana grite desde afuera golpeando la puerta de mi habitación mientras me regaña diciendo que me calle que parezco loca.

Leo su mensaje y me derrito.

¿Te gustaría salir por un helado pequeña?

Vuelvo a chillar de alegría y siento que mi puerta corre peligro si mi hermana llega a golpearla una vez más.

Respondo

Claro, me encantaría ¿Pasas por mí?

Por supuesto pequeña, en media hora llego por ti, nos vemos pronto ;)

Intento volver a chillar de alegría, pero me contento cuando siento la mirada de advertencia de mi hermana por detrás de la puerta.

Corro rápidamente a mi armario y después de algunos minutos de indecisión, escojo un vestido verde pequeño que se me apega muy bien al cuerpo y alza un poco mis atributos.

Escojo unas zapatillas blancas y me coloco un ligero maquillaje para resaltar solo mis ojos verdes claros.

Cuando termino de rosearme perfume, un claxon suena desde afuera de mi casa, tomo mi bolso blanco y mi celular y salgo disparada hacia la puerta de mi casa.

Inhalo un segundo, antes de abrir la puerta lentamente con los nervios de punta y encontrarme a un dios griego delante de mí, formando una gran sonrisa en cuanto me ve.

Eduardo parece sorprenderse de más en cuento me escanea de pies a cabeza, siento que me ruborizo, es inevitable no poder detallarlo también, lleva unos jeans azules, una camisa blanca con algunos botones abiertos y unas zapatillas blancas que se le ven muy bien.

Se ve jodidamente sexy.

Me lo pido para llevar.

-Estás muy linda Kaia.-dice con una sonrisa de esas que derriten helados.

-Gracias.-respondo sonrojada-¿Nos vamos?

-Claro, vamos.

Llegamos a su auto, me abre la puerta, le agradezco y luego él entra comenzando a conducir.

-¿Centro comercial esta bien para ti pequeña?-me pregunta mientras conduce

-Claro, esta bien.-le respondo con una sonrisa

A los minutos en silencio en el auto, llegamos al centro comercial, bajamos del auto y juntos entramos paseando por las primeras tiendas de comida.

Me pica la mano por tomar la suya, pero me tranquilizo y mentalmente pienso "poco a poco, poco a poco".

Somos Nuestro Lugar SeguroWhere stories live. Discover now