ONE SHOTS(ST) +21 (EN EDICIÓN)

Día 03: Lingerie + Rough Sex(Steve Harrington)

⚠️TW: Mención de relación previa, dubcon, wrapped.

—¿A ti que te parece? —indagaste de manera distraída, tratando de analizar tu reflejo en el pequeño espejo que colgaba detrás de la puerta. Apenas podías mirarte, el cuadro era tan minúsculo que–si te ponías de puntillas–abarcaba solamente desde tu busto a tu barbilla.

Al final te diste por vencida, resignada a contar con nada más que la opinión de tu pareja. Diste media vuelta sobre los talones para verlo a medio recostar en la cama, valiéndose de sus codos detrás de la espalda como apoyo, contemplándote por un largo minuto, completamente atónito.

Insististe divertida— ¿Steve?

—¿Qué? ¡Ah, sí! Es... —Se esforzó en buscar las palabras apropiadas. Aquella sonrisa traviesa en sus comisuras asomó fugazmente, se aclaró la garganta como si acabaras de pillarlo por sorpresa y asintió— bonito. Se ve increíble en ti —admitió con seguridad.

El corazón te dio un brinco en el pecho, encogiéndote en tu sitio ligeramente cohibida, jugando con tus manos. Observaste de soslayo la silla de su escritorio, alcanzando la bata fresca para el verano que planeabas usar durante la fiesta, ignorando el otro montón de conjuntos que seguían esperando dentro de la bolsa por ser probados. Steve no prestaba mucha atención, le importaba que un traje de baño fuera fácil de quitar y poco más pero tú eras un tanto detallista al respecto. Querías verte linda en su día.

Su ex novia–Nancy Wheeler–era una estupenda anfitriona. Sobria, elegante y recatada. No pretendías ser su reemplazo aunque en verdad necesitabas que su primera celebración de cumpleaños juntos, organizada por ti, fuera un contundente éxito. Así, los estudiantes de la preparatoria Hawkins tendrían algo de que hablar el lunes y acabarías de una vez por todas con el desagradable rumor que corría por los pasillos.

No eras solo una suplente. Podías hacerlo mejor, mucho mejor.

El blanco de la túnica tejida no armonizaba con el tono ocre del bañador pero trataste de considerarlo porque tus lentes de sol preferidos eran de ese mismo color.

Bufaste indecisa. —No lo sé, el rosa se veía más lindo en la tienda. —Regresaste al espejo, torciendo los labios antes de atravesar la habitación a paso veloz para, como mínimo, pedirle una segunda opinión al tocador del baño. Hiciste un par de muecas frente a ti misma, tanteando el ángulo de pie que agraciara mejor tu silueta pero la saturación no te convencía en lo absoluto. Chillaste— ¿Podrías pasarme el otro? Está en la bolsa. —Lo escuchaste protestar entre dientes—. Por favor —agregaste de forma aguda, arrastrando la última sílaba.

Empezaste a desabrochar los hilos del bikini superior, dispuesta a cambiarte rápido. Temías que el día entero se desperdiciara solo encontrándote un atuendo, también tenías que elegir uno para Steve que hiciera juego con el tuyo y después irían a preparar la piscina para la tarde siguiente.

Te preocupaba no estar lista a tiempo, así que te prevenías en caso de atrasos.

Luego de un par de minutos, el silencio te hizo impacientar, abriendo la puerta para toparlo justo ante ti, echando un vistazo dentro de la bolsa equivocada con el ceño fruncido.

Todos los matices del arcoíris surcaron tu rostro en menos de un segundo, arrancándosela de las manos. Un poco tarde porque una de las delgadas telas que habías escondido recelosamente estaba entre sus dedos, manoseándola como si intentara identificarla. Enmudecido, movió la boca hasta que acabó por pronunciar una oración.