La bailarina y La futbolista (Camren)

CAPÍTULO 17 - Batalla de desconfianza -

[Ally]

Aún no podía creer lo que estaba presenciando. Troy estaba cantando una de mis canciones favoritas y me estaba pidiendo perdón. Éste es el momento en el que mi corazón se comienza a hinchar con tan sólo escucharlo cantar y ver esa hermosa sonrisa.

En cuanto terminó de cantar se acercó a mí y las personas le aplaudían.

Él tenía puesta una musculosa azul, un pantalón negro un poco ajustado y unas Vans blancas.

Yo tenía un vestido blanco, que dejaba ver mis hombros desnudo; era suelto apartir de debajo de mis pechos y en mis pies tenía unos zapatos negros con tacones altos.

En cuanto él se paró en frente mío, no pude evitar sonreír como una boba. Realmente me había encantado el gesto que tuvo hacia mí.

Troy tomó mis manos entre las suyas y me miró directamente a los ojos con una gran sonrisa y un destello de ilusión en su mirada.

Todos observaban alegremente la escena. No podría soportar creer que esto se podría acabar.

Troy: Ally, de verdad siento haber sido un idiota. Debí luchar junto a ti, por nosotros y demostrarte lo mucho que te amo. Yo no puedo estar un día más si no estás en mis mañanas despertándome con el desayuno en la cama, tal y como tú has dicho que te gusta también. Yo...- Lo interrumpí, porque mi conciencia me estaba pesando y el dolor me estaba matando por dentro.

- ¡Troy, ya para.- Dije en un sollozo. Él me miró confundido.- ¿Podemos hablar en privado?- Él asintió con temor. Luego nos dirigimos hacia el estacionamiento y nos paramos uno frente al otro junto a su coche.

Yo seguía con la mirada baja y con mis ojos cristalizados.

Troy: ¿Qué sucede, Ally?- Preguntó con un tono de preocupación mientras acariciaba mis mejillas, pero yo alejé lentamente sus manos.

- Yo no te merezco.- Dije secando mis lágrimas.- Realmente no mereces a alguien como yo en tu vida.

Troy: ¿Por qué dices eso? Soy yo quien debería decirlo. Si es por Niall... Yo te comprendo, pero no te dejaré ir tan fácil... Comprendí que debo luchar por lo que sentimos.- Volví a interrumpirlo.

- ¡No Troy! No es sólo eso... Es algo más. Yo...- Comencé a llorar aún más, no tenía control de mis emociones.

Troy: ¿Qué sucede?- Quiso acariciar mi mejilla nuevamente  y se detuvo en seco en cuanto me oyó.

- Es... Estoy embarazada.- Solté rápidamente y noté como sus ojos se cristalizaron. Se sentía horrible romperle el corazón a la persona que más amas en tu vida.

Troy: Tú... pero... Q... ¿Quién es el padre?- Preguntó con voz temblorosa, a punto de llorar.

- Luego de lo que sucedió, yo he vuelto de España. Niall estuvo conmigo ayudándome a sentirme bien, intenté estar con él. Aún no conversábamos tú y yo, creí que ya había terminado. Realmente sentía que yo no era una persona lo suficientemente buena como para amar a alguien, ya que nunca me he sentido amada por mí y menos por un hombre. Luego de hablar sobre ello con él, Niall comenzó a... estar más conmigo y a aconsejarme. Una noche él me invitó a su casa a cenar y bueno yo... No puedo, no quiero que tú sigas pidiéndome perdón, cuando la idiota he sido yo, Troy. ¡¡Soy una idiota!!- Me insulté a mí misma. Lo miré y estaba llorando mientras negaba sin creerlo aún.- Lo siento. Yo no te merezco, soy una maldita perra que no supo valorar lo que tenía hasta que lo perdió y lo peor de todo es que eso que tenía, esa felicidad... la dañé y eso me hace la peor persona del mundo. Nada justifica el daño que te he provocado.- Dije antes de darme la vuelta para marcharme, pero él me tomó del brazo y lo miré con ilusión. Troy seguía con las lágrimas corriendo por sus mejillas, pero me sonrió ligeramente.