El dulce deseó de percibir su desesperación y saborear la sangre entre su lengua, la coagulación sobre sus dedos le hacen temblar como un animal hambriento. Aquel horror en su mirada lo seduce, tentando entre perversión y deseos carnales que nunca p...
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Las voces escandalosas de sus compañeros hicieron que su cabeza doliera, desde hace dos días es novio de Akemi, todo es perfecto y claramente Akemi como novio es maravilloso, siempre siendo detallista regalando muchos, pero muchos peluches que no tiene idea de dónde guardar en su hogar. A veces tiene que decirle que es mejor la comida para que no esté la mayoría del tiempo escogiendo que amigo esponjoso debe comprar. Pero a pesar de ser detallista es muy cariñoso llegando a ser empalagoso, no se puede quejar porque le encanta tener los labios de Akemi contra los suyos casi las 24 horas.
Pasar tiempo con el albino, nunca es aburrido siempre muestra sus dibujos, pinturas, escucharlo tocar el violín aunque claramente no sabía de aquel talento, pero le agrada y siempre tranquiliza su mente de alguna forma milagrosa. También escuchar varias anécdotas de Akemi cuando era un niño, realmente fue muy curioso, contando desde su primer bocado de una cebolla hasta su mala experiencia con la comida, algunas veces quemando la cena que haría y teniendo que apagar todo con un extintor. Lo mejor de estar con Akemi es poder observar cuando duerme plácidamente en las noches y es verdaderamente adorable.
Los horarios varían mucho cuando tienen demasiada tarea no pueden verse mucho, solo mensajear por algunas horas hasta que uno de los dos termina, que generalmente es Erilk, este tiene que ir a la vivienda del albino para verlo haciendo sus últimas notas y que Akemi de brinquitos de felicidad por terminar la exhaustiva tarea.
Ahora la gran parte de los alumnos observan con desinterés la presentación sobre contaminación en el mundo. Desde la parte trasera, el azabache se muere de aburrimiento que abruma. Erilk se acerca más a donde se encuentra Akemi quien toma nota con tranquilidad y concentración, sin darse cuenta de que su novio lo observa con detenimiento. Haciendo algunos pucheros termina de anotar uno de los párrafos de la exposición, desviando la vista se encuentra con los rubíes ojos de su novio que sonríe al ver un sonrojo en Akemi.
—Lindo —susurro besando la mejilla de Akemi. —muy muy lindo mi copito.
—Hermoso, mi copito —beso sus labios mientras acaricia los muslos del albino.
Ambos chicos se dejan llevar por el beso, mientras olvidan prestar atención a la clase, cuando por fin sus pulmones piden oxígeno ambos se alejan con lentitud mientras la saliva une sus labios, observando con detenimiento la belleza del contrario. Cuando están a punto de darse otro beso, la molesta luz del salón se enciende para dar a entender que la aburrida exposición término, ambos se observan mientras los ojos rubíes arden de lujuria, los orbes zafiros se encuentran impregnados de vergüenza. Y antes de poder seguir con su burbuja de amor, la voz del viejo profesor resonó por el silencioso salón de clases.