Infieles (MICHAENG)

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—Que alegría tenerlos aquí tía.—Sana hablaba frente a una mujer a los pies de las escaleras...—Carajo...—Entre dientes pronunció cuando su mirada se encontró con la de Chaeyoung que venía entrando de la mano con Tzuyu. Sin perder un segundo, se disculpó con su familiar antes de dirigir sus pasos hasta la joven pareja.—Hermanita—Una sonrisa fingida apareció en su rostro para disimular lo furiosa que estaba al ver a Chaeyoung ahí después de lo que le había dicho hace dos días—¿Me permites hablar con tu novia un momento? Nece...—

—Después hermana.—Tzuyu la interrumpió.—Primero llevaré a Chae a conocer mi habitación. Ah—Se detuvo—por si lo estás pensado, no haremos nada malo allá.—Sin esperar respuesta de la castaña se llevó arrastrada de la mano a Chaeyoung escalera arriba, dejando a su hermana con las palabras en la boca y una mirada de fuego hacia la coreana, quien en ese momento agradeció en su interior a su novia por sacarla de ahí, pues sabía que Sana la obligaría a irse y eso no estaba en sus planes.

Sana no tenía la intención de odiar a la pobre bailarina, no. Pero adoraba mucho a Tzuyu, que aunque no hayan nacido en el mismo vientre, la amaba como si fuese su hermana de sangre y no quería que pasase lo mismo que ella pasó cuando descubrió la traición de Mina. Sana había quedado traumada y con rencor en su corazón hacia Mina. Y aunque odiaba tener ese horrible sentimiento hacia su hermana menor, algunas veces simplemente no podía evitarlo. Sana por más que estaba intentando olvidar aquella horrible escena de Mina y su prometido tenido sexo, no podía. Era una verdadera una pesadilla vivir con eso.

Al igual que Chaeyoung, Sana consideraba a Tzuyu un pedacito de cielo que no merecía sufrir y más por culpa de Mina, por eso haría lo posible por mantener alejada a Chayeoung de Mina y viceversa. Sana estaba segura que lo que había pasado entre ellas había sido un capricho de Mina nada más para molestar a su hermana, capricho que por ahora había quedado atrás gracias a su amnesia.

En otro lado de la lujosa casa estaba Mina conversando, ¿con quien? Pues con Lisa por supuesto. La tailandesa había estado a su lado el mayor tiempo posible desde que despertó desorientada en el hospital.
Los padres de Mina estaban agradecidos de que Lisa a pesar de haber sido traicionada por Mina, se haya acercado a ella después de enterarse de su accidente y estar a su lado apoyándola en su proceso de recuperación.
Gracias a Lisa, la sonrisa de Mina se podía apreciar nuevamente. La chica la hacía reír y sonreír manteniendo así una posible depresión lejos de ella.

—Disculpa a Sana.—Tzuyu abrió la puerta de su moderna y ordenada habitación—Ella a veces es muy sobre protectora conmigo.—Explicó acomodándose el cabello frente a espejo, pero Chaeyoung sabía exactamente lo que Sana iba a decir y no era precisamente hablar solo de Tzuyu.

—Entiendo. Es tu hermana mayor y querrá cuidarte siempre.—Dijo asomándose por la ventana que daba al jardín donde varias mesas empezaban a ser ocupadas por invitados que lucían elegantes.

—Cuando empiecen a servir la comida bajamos. ¿Que te parece?—Propuso Tzuyu acercándose a su lado. La bailarina asintió un poco. La necesidad de ver a Mina era demasiado fuerte que no sabía si iba a poder controlarse en no ir y buscarla para estrecharla entre sus brazos, y decirle lo mucho que la quería, la extrañaba y necesitaba. Pero entonces las palabras de Dahyun llegaron a su cabeza. Su amiga le había dicho claramente que no debía presionarla para que la recordara, que ni se le ocurriera soltarle todo lo que había pasado entre ellas así de la nada, que debía darle tiempo.—¿Y que era eso importante que me querías decir?—La voz de Tzuyu a su lado la devolvió a la realidad.—Ven.—De la mano la llevó hasta la pequeña sala situada en el rincón.

—Yo...—¿Era un buen momento para decirle que quería terminar su relación de meses?—Olvídalo. No es nada.—Pronunció con la cabeza gacha. No. Definitivamente no era el momento ni el lugar indicado.