Su alteza ha decidido

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Emma partió en la tarde y Darcel pensó en cuál era la mejor opción y llegó a la conclusión de que quedarse es lo que mejor les convendría.

Así que al día siguiente ya no estaba Aster y no se despidió, estuvo triste, pero tenía obligaciones como príncipe.

Viajó a un pueblo no tan cercano y repartió fertilizantes a las familias de la comunidad, también pasó tiempo con ellos para escuchar otros problemas y al regresar hacia el palacio fue emboscado por un grupo de bandidos tal como le había informado Emma.

Los guardias sacaron sus espadas para proteger al príncipe, pero no se esperaban que los atacantes fueran mucho más fuertes, Darcel lo notó, estos no podrían ser simples soldados de Aster, sus habilidades eran comparables a generales o soldados muy experimentados.

Sacó su espada para prepararse, salió del carruaje para atacarlos, sus hombres habían muerto y otros estaban muy heridos, pero antes de siquiera poder usar su espada, sintió un pinchazo en su cuello, pasó su mano por esa zona y era una especie de espina con un líquido desconocido. Había un hombre con el rostro cubierto escondido en un árbol que lo había lanzado.

En cuestión de segundos empezó a ver borroso y perder la consciencia hasta que se desmayó y los bandidos lo llevaron con él.

Cuando despertó estaba en una cama más cómoda que la que él tenía, escuchaba la lluvia y percibía una suave fragancia a limón, al abrir los ojos no reconocía nada, sólo estaba una mujer de espaldas cerrando la ventana para que la lluvia no entrara.

El techo era de madera, las paredes de roca y la habitación no era tan grande, no estaba en el palacio ni en un santuario, estaba en un castillo desconocido. No dijo nada, aún no podía moverse además de sus ojos, pero cuando la mujer se dio la vuelta descubrió que ya había despertado.

—¡El hombre ha despertado! —Exclamó la mujer.

Darcel pudo entender sus palabras, era un idioma extranjero del reino de Siare.

La mujer salió y luego de unos minutos Aster entró, al ver a Darcel se alegró profundamente y se sentó a la par de él. El príncipe no podía decir nada, pero lo miraba con ojos profundos, con costo y acababa de tomar control de una mano la cual utilizó para golpear con fuerza la mejilla de Aster.

—¿Su alteza? Debe estar enfadado conmigo, ordené que mataran a la persona que introdujo un somnífero en usted, pedí que lo trajeran sin hacerle daño pero que se retiraban si notaban que la pelea era en serio, lo trajeron sin su autorización, ya está listo un carruaje para devolverlo al palacio tan pronto como se recupere, perdón, no fue mi intensión exponerlo a tal peligro, no sabía que esto sucedería, lo juro.

Darcel lo pensó un momento y decidió creerle entonces bajó su mano, Aster acomodó una almohada detrás de su cabeza para que estuviera más cómodo.

—Quiero irme. —Dijo Darcel tras haber recuperado el control de la boca y su voz—. Debo regresar a mi casa.

—Primero debe despertar por completo y comer, debe tener hambre, le traeré algo bueno, ya lo verá.

—No Aster, quiero regresar inmediatamente.

—En cuanto regrese a la normalidad entonces.

—Entonces vete ahora, no quiero verte. No te despediste adecuadamente y ahora tomas acciones en mi contra sin hablarlo conmigo. Te creo, puede que tus hombres cometieron un error al interpretar la orden, pero no te perdono por el hecho que ordenaste atacar mi carruaje y matar a mis hombres, eso es lo que no te perdono.

—Perdóneme, pasé tanto tiempo sin poder verlo, no quería meterlo en problemas, estaba desesperado, quería tenerlo conmigo, no me gusta esperar por usted, estaba volviéndome loco.

Su alteza es mi destino [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora