One Shots [Intenabo]

•Enchanted•

El estrés, la frustración y la ansiedad son factores importantes en la vida de todo universitario y Gustabo Garcia no estaba exentoo de estos.

Tenía que estudiar para los 4 exámenes que presentaría mañana, había decidido que no se presionaria para sacar la mejor nota, así que no estudiaría tanto, sin embargo, se tomo esto muy enserió por lo que no estudio absolutamente nada, razón por la cual ahora se encontraba en la única de la biblioteca de la ciudad leyendo los libros de la facultad, en los que se supone, se encontraban las respuestas de los exámenes.

El lugar estaba bastante vacío, solo se encontraba el, otros dos chicos y la anciana bibliotecaria, tenía una luz bastante tenue y el silencio del lugar era demasiado, tampoco era algo que le sorprendiera, es decir, ¿Quien va a una biblioteca en la actualidad?

El había acudido a ese lugar con la esperanza de encontrar tranquilidad y así poder concentrarse más a la hora de estudiar, aunque eso poco le estaba sirviendo ya que su cerebro había decidido fijar su vista en el chico que se encontraba en la mesa de enfrente a él, era bastante atractivo, cabello castaño, gafas, rostro serio y lo que más le había llamado la atención, llevaba traje, que si le preguntan a él, no hay nada más atractivo que un hombre en traje.

Los textos que leía simplemente no se transformaban en algo que el pudiera entender, leía y releia los párrafos pero simplemente no era capaz de procesarlos por completo.

Frustrado consigo mismo por autosabotearse, decidió dejar el enorme libro de lado y darse un respiro. Se estiro sobre su silla y volvió a dirigir su mirada al chico de enfrente hasta que este también alzó su vista y sus ojos se encontraron. Gustabo entró en pánico asi que decidió hacer un recorrido visual al enorme lugar para disimular, estaba rezando internamente para que el otro chico no pensara que lo estaba acosando o algo por el estilo.

Cuando creyó haber disimulado lo suficiente volvió a dirigir su mirada al de traje, parecía concentrado en su lectura, pero ahora tenía una sonrisa en el rostro o tal vez sólo era la imaginación del rubio que le estaba provocando alucinaciones como consecuencia de su cansancio.

Miro su móvil y se dio cuenta que faltaban 10 minutos para las 9 de la noche, había estado desde las 2 de la tarde sentado en ese lugar y no había conseguido memorizar algo, estaba jodido y lo sabía. Todo por ese estúpido y atractivo chico.

Dispuesto a haceptar su derrota y el casi seguro hecho de reprobar los exámenes que tendría se levantó de su asiento, tomó sus libros y emprendió su camino hacia la salida. Una parte de él se sentía decepsionada por que probablemente jamás se volvería a topar con él guapo castaño que estuvo frente a él y todo por que no tuvo el valor de hablarle, pero otra parte de él solo quería salir de ese lugar, ir directo a su cama y dormir para afrontar lo que le esperaba mañana.

Cuando estuvo fuera de la biblioteca sintió a alguien tocar su hombro lo que hizo que se sobresaltara y volteara de inmediato.

-Oye perdón por asustarte pero olvidaste tu teléfono en la mesa y quería devolvertelo- Le dijo el de cabellos castaño extendiéndole el móvil. ¿Como lo había podido olvidar?

-Muchas gracias, no se como lo pude olvidar, será por el estrés que se me olvida las cosas- Rrspondiendo algo nervisos mientras extendia su mano para tomar el teléfono -Gracias- Dijo el de ojos azules a la vez que le regalaba una cálida sonrisa al chico que tenía al frente.

-Soy Gustabo, por cierto, Gustabo con b- Comento risueño el rubio.

-Pues mucho gusto Gustabo con b. Yo soy Jack- Le devolvió la sonrisa el más alto.

-Encantado de conocerte Jack- Gustabo no pudo evitar volver a sonreír. Ese sujeto era aún más atractivo estando de cerca, no podía perder la oportunidad de conocerlo mejor.

-¿Vienes aquí muy seguido, Jack?- Pregunto Gustabo en un intento de alargar la conversación con Jack y evitar llegar al momento en el que se despidan y probablemente nunca más se vuelvan a ver.

-Si, algunas veces, cuando quiero distraerme de todo. Y tu ¿Sueles venir seguido aquí a mirar a las personas que leen?- Comento divertido el de traje. Gustabo wntro en pánico y se estaba regañando internamente por ser tan obvio a la hora de mirar al chico, ahora probablemente creía que era un completo acosador.

-Solo si son tan guapos como tu- Jack solo río.

-Supongo que es un cumplido así que gracias- Comentato risueño el de corbata, un gran contrste comparado con el rostro serio que mantenia mientras leia.

-Tengo que irme, espero verte de nuevo Gustabo- El castaño le extendió su mano al rubio en forma de despedida y Gustabo gustoso acepto estrechando la mano del contrario.

-Espero que si Jack- Se quedaron mirandose mutuamente por unas segundos que a ambos les parecieron minutos y entonces el castaño emprendió su camino justo al lado contrario al que Gustabo tenía que ir haciéndole una señal de despedida con la mano al rubio.

Durante todo el recorrido a su hogar Gustabo no podía borrar esa estúpida sonrisa de adolescente enamorado, definivamente estaba encantado de haber conocido a ese chico y tenía claro que volvería a esa biblioteca para verlo de nuevo. Probablemente era un estúpido por no haberle pedido su número y así mantenerse en contacto, pero a una parte de el no le disgustaba el hecho de tener que volver a la biblioteca para verlo de nuevo, solo esperaba que ese chico también quisiera conocerlo mas a el.

Ese pequeño encuentro con Jack le había alegrado la noche al punto de que había olvidado la razón de su estrés, no importa si reprobaba los exámenes o el semestre completo, eso sería una excusa más para volver a la biblioteca a estudiar.

Por otro lado Jack tampoco había podido dejar de sonreír, el de cabellos rubios le había llamado la atención desde el primer instante en el que lo vio al entrar a la biblioteca y su curiosidad despertó por completo al darse cuenta de las miradas indiscretas del ojiazul. No sabía cómo hablarle pero el ver el teléfono del contrario completamente olvidado en aquella mesa le dio la excusa perfecta.

Definitivamente los dos estaban encantados y tenían más que claro que volverían a ese lugar.

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Viva el intenabo y viva Taylor Swift.