2. el rubio que sabe más

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La música sonaba a lo alto, las luces siempre vivas, siempre alegres, y las bebidas eran servidas por bellas mujeres, dejando la barra solo para los solitarios de mala noche. Namjoon veía a todos los hombres frente al escenario, gritando y alabando a la rubia rizada deslizándose por el metálico tube del centro, la envidiaba un poco, si fuera él quien estuviera en su lugar, bueno, no quería ni imaginarlo sin sentirse un poco amenazado por la situación. Pensar cosas como esas le golpeaban con la realidad, incluso ahora le era difícil mantener una relación estable por las heterónomas que le rodeaban. No era fácil, en absoluto.
Preparando una nueva tanda de bebidas sobre la solitaria bandeja en espera no paraba de pensar en cada una de sus fallidas relaciones, comenzó con su preadolescencia, cuando sospecho su sexualidad. Un pequeño idiota que se dejo besar por un compañero mayor, encontrando la situacion mas entretenida que besar a sus compañeras de clase, aunque solo fue una la atrevida que le robo un beso. El punto es, que siempre fue curioso por naturaleza, no se quedó con eso e investigó en un cibercafé de paso a su casa sobre besos entre hombres. Todo un idiota.
No era algo sobrenatural, pero tampoco era lo normalmente visto por la sociedad. 'No tiene sentido' , se había dicho en ese entonces, y sin darle verdadera importancia siguió con su infante presente.

— Estás pensando demasiado en algo.

Con una ultima bebida sobre la bandeja, namjoon le indico a una compañera para cpmenzar a repartirla en el lugar, mirando de reojo al rubio que le acopañaba en el interior del bar, limpiando la superficie de la barra de manera aburrida con un negro trapo, el logo del burdel en este. Se recargo de espaldas en la barra para comenzar con una “constructiva” plática entre amigos.

— No esperes detalles si no dejas de interrumpir mis pensamientos Jimin.

Park río por lo bajo, como un niño travieso que es descubierto robando galletas. Tomando la misma posición que el más alto, Jimin cruzó los brazos sobre su pecho, tan risueño como travieso.

— Me siento halagado, realmente me darias detalles de tu inteligente mente. —con los ojos cerrados y una mano bajo su mentón, Jimin fingió estar pensativo—.¿Dime que cabalga por tus pensamientos, Joonie hyung?

Namjoon río, bajo y corto de ver a su colega de trabajo maquinar los posibles rumbos de aquella plática. Pero no se hizo esperar.

— Pensaba en mis ex parejas.

— Primer error joonie, el pasado pisado.

El moreno se rio mientras limpiaba su lado de la barra, sirviendo pocos tragos a las chicas que estaban de turno.

— Sabes que no me refiero a eso. —el tono melancólico advirtió el rumbo de la conversación, no era la primera vez que charlando sobre aquello—.

El rubio asintió, con una triste sonrisa.

— Entonces continúa.

La música seguía su alto ritmo, pero este se atenuaba cerca del bar en el edificio, no era necesario levantar la voz para ser escuchado por su compañero, aunque su corto silencio no se debía al ruido o las destellantes luces, solo sonreía mientras ordenada sus palabras.

— No se como hacer durar una relación. —ambos mantuvieron la vista en el otro, el rubio espero una continuación en silencio—. No pienses mal de mi, no me siento desdichado o renegado, solo daba un paseo por la memoria.

Cuando una nueva bandeja llegó a la barra en espera de ser llenada, Namjoon se dio la tarea sonriente, esperando el resumen del pequeño rubio.

— No es para preocuparse Jimin, mi vida es relativamente buena. —Lleno el silencio de su compañero, que inesperadamente se quedó silenciosamente serio—.

¡Con el cantinero!Where stories live. Discover now