Capítulo 8

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Akaza estaba desvistiendome con prisa. Tragué saliva nerviosa, ¿que se supone que estaba haciendo?

—A-Akaza, no...— empujé despacio a este.

—Shh~—me besó con pasión mientras comenzaba a bajar mis bragas.

Estaba paralizada, debía actuar. ¿Como iba a hacerlo con el asesino de mi marido?

Empujé con más fuerza a Akaza, este no se separaba, me estaba poniendo más nerviosa.

Corté el beso.

—Akaza, para.

—No te hagas la dura, tienes las mismas ganas que yo.

Apreté mis labios mientras el recorría mi cuerpo con su mano, cuando llegó a bajo, me puse demasiado nerviosa.

Cerré los ojos con fuerza y le dí una cachetada a Akaza.

—¿Que mierda haces?— Akaza se levantó de la cama, sobando su mejilla.

Me vestí con rapidez, temblorosa.

—L-Lo siento, yo... No puedo hacer esto.

—Eres muy zorra— me miró con desprecio—. ¿Acaso te crees con derecho para dejarme así?

—No puedo hacer esto contigo Akaza, lo siento...

—Dame una razón.

—Mi hija esta al lado, y... No puedo acostarme con el asesino de mi marido.

Akaza suspiro con fuerza y me miró de arriba a bajo.

—Tu marido. Solo te importa tu marido.

—Si... Claro que me importa mi mar--

—Eres idiota. ¿Lo sabías? Una idiota de los pies a la cabeza— dijo acercándose a mí, para después mirarme a los ojos.— Esta muerto. Yo lo maté, no va a volver a la vida, ¿que más quieres? No vas a tener otra oportunidad de tener a alguien para ti, que no sea yo.

—¿Cómo?— estaba sorprendida— ¿Como tienes el descaro de decirme eso?

—Nadie va a querer ser tu pareja si pones la excusa de tu marido. Tu hija no tendrá un padre nunca a este paso.

Fruncí el ceño. ¿Que insinuaba?

—Vete de mi casa.

No rechistó. Abrió la ventana y se fue como si nada, miré al suelo y tragué saliva.

¿Que demonios había estado a punto de hacer?

...

Cuando desperté, sentía dolor en el pecho. Quizá sería ansiedad.

Me levanté con pesadez, me acerqué a la cuna de Hana y acaricié su mejilla despacio.

—Buenos días linda — dije sonriendo, Hana estaba despierta, alzando sus brazos al techo.

Cargué con ella y despacio caminé hacia el salón.
Era difícil criar a una hija siendo una viuda, por que si, aunque Hana fuera una niña, por ahora, tranquila, me era difícil sacar tiempo para mi misma.

Recordé lo sucedido en la noche anterior y suspiré con pesadez. Que falta de respeto habría sido aquello, tanto para Kyojuro como para Hana.

<¿En qué demonios estabas pensando, Arisa?> pensé.

Miré a Hana comer y sonreí levemente. Tenía ganas de ver su crecimiento.

Viviendo Por Ti. | AkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora