Capítulo 19

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Llevaba varios días intentando negarlo continuamente, pero los síntomas me decían lo contrario. Akaza me tuvo que echar de casa para que yo fuera a propósito al médico.

Estaba volviendo ya a casa, tenía millones de sentimientos encontrados. Estaba embarazada. No era el primero, pero lo estaba pasando bastante mal.

¿Como se lo iba a decir a Akaza? ¿Y si el no quiere tenerlo? Preguntas así inundaman mi mente. Suspiré con fuerza, intentando aliviar mis pensamientos, cosa que no funcionó mucho, pues, en seguida llegué a casa y tendría que hablar con Akaza.

—Volví.

—¿Que te dijeron?— Akaza se acercó a mi con Hana  dormida en sus brazos.

—Ahm... Estoy embarazada.— miré a un lado para evitar el contacto visual de Akaza con el mío, y para evitar que se viera el miedo reflejado en mis ojos.

—...

Ni una palabra, ni un gesto.

Miré nuevamente hacia el, el cual se había girado para llevar a Hana a la cuna. Le seguí a paso de tortuga, los nervios hacían que mi pecho doliera. Akaza dejó a Hana en la cuna con cuidado y casi al instante ya estaba conmigo, abrazándome.

—¿A-Akaza? N-No estás... ¿No estas molesto?

—¿Por qué iba a estar molesto de que vaya a tener un hijo contigo?

Tragué saliva, estaba contento. Mis nervios desaparecían poco a poco, Akaza estaba de acuerdo con mi embarazo, eso me hacía a mi también estar feliz.

—Hay que pensar un nombre— Akaza se separó de mi rápidamente, mirándome a los ojos sonrió—. ¿Cuál?

—Aka--

—¿Y si son gemelos?

Reí leve antes de acariciar la mejilla de Akaza.

—Akaza. Para.

—¿Te hago daño?

—No, bobo, pero, aún no sabemos si va a ser un chico o una chica, o o si es uno o dos, o tres...

—¿¡Tres!? ¿¡Puedes tener tres!?

—Si.

—¡Mierda, que emoción!

Sonreí y besé la mejilla de Akaza.

Estaba tan emocionado...

...

Los meses pasaban rápido, mi embarazo avanzaba muy rápido, tenía 4 meses de embarazo, Akaza estaba muy feliz.

Kamado y los demás seguían viniendo a mi casa a asegurarse de que Akaza no volvía, sin embargo, no venían ya con tanta frecuencia. Akaza en esas ocasiones seguía escondiéndose.

Ellos no sabían mi embarazo, lo intentaba disimular. Debía tener una idea en mente para el día que no pudiera seguir escondiendo.

—Arisa, el desayuno esta listo.

La voz de Akaza me sacó de mis sueños.  Me giré despacio, pues Hana estaba durmiendo conmigo.

—¿Ya...?

—Si, ya. Venga que necesitas vitaminas y hierro.

—Si, si, lo sé...

Así era diariamente. Akaza se levantaba temprano y me hacía desayunos deliciosos, y cuidaba de mi siempre.

...

7 meses de embarazo, si, lo sé, el tiempo pasa en un soplido.

Akaza intentaba asaltar los almacenes de comida por la noche, le habían pillado alguna que otra vez, pero mi hambre le importaba bastante más que un simple aldeano riñiendo.

Todos preguntaron quién era el padre de la criatura que llevaba dentro, yo simplemente pude decir que era de un hombre que conocí hacía un tiempo, y que al enterarse de mi embarazo decidió ir a trabajar a otro país para poder dar un futuro a esta familia.

Menuda mentira.

No podían saber ni de broma que el padre era Akaza.

Hana cada vez aprendía más rápido, poco a poco hablaba con más claridad, aunque a veces conseguía sacar de quicio a Akaza con tantas preguntas.

Viviendo Por Ti. | AkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora