𝗦𝗛𝗬 𝗕𝗢𝗬

𝑪𝒉𝒊𝒄𝒐 𝒑𝒓𝒂𝒈𝒎á𝒕𝒊𝒄𝒐

Hubo un silencio algo incómodo después de eso. ¿Acaso Jake había sonado demasiado cruel hace un momento? Era la primera vez que rechazaba a alguien, así que no había medido sus palabras en lo más mínimo.

—H-hey... Lo siento si fue demasiado. —murmuró desviando la vista.

Una pequeña sonrisa apareció en los labios del mayor.

—¿Lo sientes? ¿De verdad?

—Sí, ya lo dije.

—¿Y vas a besarme a cambio?

—¡Claro que no! ¿Tan necesitado estás? —frunció el ceño, escondiendo su boca tras el libro que había traído con él.

—¿No lo harás? Entonces no quiero nada tuyo. —repitió las palabras que el menor había pronunciado un rato atrás, con una sonrisa ladeada.

Se dio media vuelta y empezó a caminar.

—¿Qué? Espera, ¿qué demonios significa-? ¡Pensé que habías dicho que estabas enamorado-! —se levantó y le siguió en busca de explicaciones, porque odiaba quedarse con la duda, y entonces Heeseung dio media vuelta y abrazó su cintura. Bingo.

—Así que te intereso, aunque sea un poco, ¿no? —susurró.

—¿De dónde sacas-?

—Te levantaste para seguirme. No querías que me fuera así, ¿verdad? —sonrió pegándolo a la pared.

—E-es solo que... hey, déjame. —intentó apartarle con manos débiles.

—Termina la frase. —le ordenó.

Maldición. Heeseung, de alguna manera, tenía el poder de someter a los demás. El rubio sintió por un momento la necesidad de responderle, pero apretó los labios y desvió la vista.

—Si no vas a decir nada, voy a meter mi mano bajo tu camisa.

—¡Está bien! ¡Te seguí porque...! —se quedó sin palabras. —... No lo sé. Fue un impulso. —murmuró.

—¿Eres impulsivo?

—A veces. Más bien, diría que soy una persona pragmática.

—¿Significa que haces las cosas en el momento para no quedarte con las ganas?

—Básicamente. —murmuró.

Y como las manos del pelinegro seguían en su espalda baja, le apartó.