IV

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Kim Seokjin era un hombre que tenía claros sus valores. El orgullo (obviamente) era uno de ellos, y no cualquiera de sus valores. Seokjin se atrevería a decir que el orgullo era el pináculo de su actitud y la forma en la que regía su vida.

Sin embargo, Seokjin tenía aún más claras sus prioridades. Y salvar la empresa familiar encabezaba esa lista. Por lo tanto, para el pelinegro, tenía más peso el conseguir que el complicado plan de casar a su hermano Taehyung con el soltero más codiciado de Seúl, Kim Namjoon, tuviera éxito que buscar venganza por las ofensas que Namjoon había cometido en su contra.

— ¿Qué te sucedió?

Preguntó Taehyung a su hermano mayor cuando, al entrar a su oficina, notó las dificultades que tenía Jin para escribir en su portátil. 

El mayor de los hermanos Kim tenía una pequeña férula en el dedo anular. En el hospital habían dicho que había sufrido una ligera fisura que provocó hinchazón en su dígito, nada realmente grave, pero, como forma de prevención, debía usar el inmovilizador por diez días.

Seokjin no tenía ánimos de explicar el incidente que había vivido; su secretaria teniendo su ciclo de celo de la nada, inundando con feromonas la sala de la cámara exterior; Kim Namjoon perdiendo el control, atacando a Jin quien se había empapado en el característico aroma de la mujer por haber estado tanto tiempo junto a ella; Seokjin golpeando a Namjoon...

Una historia muy larga que no valía la pena contar.

— Me aplasté la mano con la puerta del auto —respondió Jin sin darle importancia al tema.

Taehyung miró al mayor con una mueca perspicaz, ya que la torpeza no era común en la naturaleza de Jin. Sin embargo, decidió que había asuntos más importantes que discutir en aquel momento así que no pidió más explicaciones.

— Conseguí el número personal de Namjoon hyung el otro día —informó el castaño, tomando asiento frente al escritorio de Jin.

El pelinegro quitó su atención de la computadora en aquel momento, repentinamente más interesado en lo que Tae le decía.

— ¿Has hablado con él? —Preguntó el pelinegro.

— No mucho —Taehyung se encogió de hombros—. Lo he saludado por mensaje, pero tarda años en responder. Es un fastidio.

— No importa, insiste más.

— Hostigando a las personas no es como se logra conquistarlas —reclamó el menor arrugando la nariz—. Yo sé lo que hago, y creo que el plan está marchando bien.

Seokjin rodó los ojos, incapaz de refutar las palabras de Taehyung ya que, efectivamente, él era el experto en relaciones.

— ¿Crees que puedas estar casado con él dentro de 2 meses?

— Es decir, sigue siendo un plan extremadamente difícil —Tae suspiró—. Pero tampoco lo veo como algo imposible. Creo que tenías razón, le agrado.

El mayor de los hermanos Kim sintió cierta incomodidad ante las palabras de Taehyung. Lo cierto es que Seokjin sabía mejor que nadie las condiciones de su plan, Taehyung tenía que conquistar a Namjoon y casarse. Pero algo dentro de Jin se sintió repentinamente desconcertado al darse cuenta de que eso significaría que el alto moreno sería su cuñado.

Seokjin no tenía una buena imagen acerca de Namjoon. Si bien había dejado a un lado su orgullo, el rencor (que era un sentimiento más personal y fácil de ocultar) no podía borrarlo de la noche a la mañana. Jin aborrecía a Namjoon y no le había otorgado su perdón.

Guerra. [NamJin]Where stories live. Discover now