Capitulo 28; Mi Deseo.

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Me dirigía a los aposentos de Suleyman, hace unas horas llegamos del pueblo, todavía no he hablado con Mirimah, pero se lo que debo hacer, si quiero que funcione debo conocer el terreno, la forma en que esto se solucione

- Necesito hablar con Suleyman, por favor - Los guardias me sonrieron como de costumbre y entraron para decirle a Suleyman

- Puede entrar Sultana - Les agradecí y entre, pude ver a Suleyman con papeles en su escritorio

- Espero no molestar - El me sirvió y se acercó a mi

- Tu nunca eres una molestia - Nos besamos, luego nos sentamos en el sofá para hablar más cómodamente - ¿Hay una razón en particular por la hayas venido? - Suspiré

- Sabes que últimamente Mirimah ha estado muy rara - el Asintió atentó a lo que le decía

- ¿Esto tiene que ver con la razón de haberla castigado sin salir de sus aposentos? - Asentí con una mueca

- Verás, estaba preocupada por su actitud, así que investigue a qué se debía, ya que ella no quiso decirme - Tome su mano - Me entere que se enamoró - El me miró curioso - Obvio eso no me molestó, es algo hermoso enamorarse, pero... - Trataba de pensar en una manera sutil de decirle

- ¿Pero? - Lo mire a los ojos y Vi como había preocupación, creo en el fondo se imagina lo que le diré

- Se veía a escondidas con el - Su cara se transformó a una mueca enojada - La regañe evidentemente y por eso la castigue - El Asintió, parecía estar de acuerdo conmigo - No me agrado hacerlo, no me gusta castigarlos pero a veces hacen cosas imprudentes - El me miró a los ojos

- ¿Sabes quién es el hombre? - Suspiré mientras asentía - ...Y... - Trague saliva nerviosa

- Bueno...es alguien humilde... - Entrecerró los ojos - Es amable, todo un caballero, alguien con grandes ideales... -

- Halime - Me calle al ver cómo me miraba - ¿Dime quién es?, No trates de desvíar mi atención - Mire al suelo - No es ningún Hombre del imperio, ¿Verdad? - Negué con la cabeza - ¿Entonces? -

- Es un comerciante di un pueblo aquí cerca - Dejo de mirarme y miró a la nada y con su mano libre agarro su cabeza

- ¿Hay algo más? -

- Tiene dos hijos de un antiguo matrimonio - Sonreí inocente, el hizo una mueca extraña - No es tan malo... - El se levantó y caminó a la terraza - Suleyman... - Lo seguí y me coloque a su lado

- No es nadie importante - Lo mire mal

- ¿Y eso que importa?, mírame - Voltee su rostro para que me miré - Entiendo que esto no sea lo que pensábamos para ninguna de nuestras hijas, pero así es el amor, el corazón no elige a quien amar, además si Mirimah se enamoró es por una razón - El suspiro y tomo mis manos que estaban en su cara

- Pensé que se casaría con un hombre que tuviera mi confianza, que yo supiera que la haría feliz - Lo mire a los ojos

- ¿Y quién dice que el no lo hará?, Tal vez no sea un miembro importante en la dinastía, pero se ha ganado el corazón de nuestra hija, creo que merece al menos una oportunidad - Arrugó su cara - No estoy diciendo que le des el permiso para casarse solo que dejes que ella hablé contigo y te exprese que siente y que quiere, ya después...piensas bien tu decisión, pero hablamos de su futuro y creo que ella es la única que puede decidir que será de el - El Asintió y me Abrazo

- Está bien...mañana hablaré con ella y veré que hacer ante esta situación - Sonreí contenta, al menos había conseguido que analizará el asunto detalladamente, lo demás va a depender de Mirimah

La Sultana que Enamoró perdidamente al Sultán (Sultán Suleyman) - [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora